“ODA A LA MELANCOLÍA”
JOHN KEATS
No
vayas al Leteo ni exprimas el morado
Acónito
buscando su vino embriagador;
No
dejes que tu pálida frente sea besada
Por
la noche, violácea uva de Proserpina.
No
hagas tu rosario con los frutos del tejo
Ni
dejes que polilla o escarabajo sean
Tu
alma plañidera, ni que el búho nocturno
Contemple
los misterios de tu honda tristeza.
Pues
la sombra a la sombra regresa, somnolienta,
Y
ahoga la vigilia angustiosa del espíritu.
Pero
cuando el acceso de atroz melancolía
Se
cierna repentino, cual nube desde el cielo
Que
cuida de las flores combadas por el sol
Y
que la verde colina desdibuja en su lluvia,
Enjuga
tu tristeza en una rosa temprana
O
en el salino arco iris de la ola marina
O
en la hermosura esférica de las peonías;
O,
si tu amada expresa el motivo de su enfado,
Toma
firme su mano, deja que en tanto truene
Y
contempla, constante, sus ojos sin igual.
Con
la Belleza habita, Belleza que es mortal.
También
con la alegría, cuya mano en sus labios
Siempre
esboza un adiós; y con el placer doliente
Que
en tanto la abeja liba se torna veneno.
Pues
en el mismo templo del Placer, con su velo
Tiene
su soberano numen Melancolía,
Aunque
lo pueda ver sólo aquel cuya ansiosa
Boca
muerde la uva fatal de la alegría.
Esa
alma probará su tristísimo poder
Y
entre sus neblinosos trofeos será expuesta.
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