LAS FLORES Y LA VIDA DEL HOMBRE PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA
Éstas
que fueron pompa y alegría
Despertando
al albor de la mañana,
A
la tarde serán lástima vana
Durmiendo
en brazos de la noche fría.
Este
matiz que al cielo desafía,
Iris
listado de oro, nieve y grana,
Será
escarmiento de la vida humana:
¡Tanto
se emprende en término de un día!
A
florecer las rosas madrugaron,
Y
para envejecerse florecieron:
Cuna
y sepulcro en un botón hallaron.
Tales
los hombres sus fortunas vieron:
En
un día nacieron y expiraron;
Que
pasados los siglos, horas fueron.
Pedro
Calderón de la Barca
(1601–1681)
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