CompañerosJUAN GELMAN |
En una casa para locos
vi lo ocurrido todavía. Las páginas del dolor esquivado en las mejillas del ausente. Un árbol se parece allí al espontáneo que no espera ni una piedra. Los que aúllan con imágenes tristes lindan con un perro que muere. El instante del agua solar está muy lejos de la mano. Los compañeros en la dilación crean charcos con los ojos nomás. |
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