MEIRA DELMAR
“Elegía de Leyla Khaled”
Te rompieron la
infancia, Leyla Kháled.
Lo mismo que una
espiga
O el tallo de una
flor,
Te rompieron
Los años del asombro
y la ternura,
Y asolaron la puerta
de tu casa
Para que entrara el
viento del exilio.
Y comenzaste a andar,
La patria a cuestas,
La patria convertida
en el recuerdo
De un sitio que
borraron de los mapas,
Y dolía más hondo
cada hora,
Y volvía más triste
del silencio,
Y gritaba más fuerte
en el castigo.
Y un día, Leyla
Kháled, noche pura,
Noche herida de
estrellas, te encontraste
Los campos, las
aldeas, los caminos,
Tatuados en la piel
de la memoria,
Moviéndose en tu
sangre roja y viva,
Llenándote los ojos
de sed suya,
Las manos y los
hombros de fusiles,
De fiera rebeldía los
insomnios.
Y comenzaron a
llamarte nombres
Amargos de ignominia,
Y te lanzaron voces
como espinas
Desde los cuatro
puntos cardinales,
Y marcaron tu paso
con el hierro
Del oprobio.
Tú, sorda y ciega, en
medio
De las ávidas zarpas
enemigas,
Ardías en tu fuego,
caminante
De frontera a
frontera,
Escudando tu pecho
contra el odio
Con la incierta
certeza del regreso
A la tierra luctuosa
de que fueras
Por mil manos
extrañas despojada.
Te vieron los
desiertos, las ciudades,
La prisa de los
trenes, afiebrada,
Absorta en tu destino
guerrillero,
Negándote al amor y
los sollozos,
Perdiéndote por fin
entre la sombra.
Nadie sabe, no sé
cuál fue tu rumbo,
Si yaces bajo el
polvo, si deambulas
Por los valles del
mar, profunda y sola,
O te mueves aún con
la pisada
Felina de la bestia
que persiguen.
Nadie sabe. No sé.
Pero te alzas
De repente en la
niebla del desvelo,
Iracunda y terrible,
Leyla Kháled,
Oveja en lobo
convertida, rosa
De dulce tacto en
muerte transformada.
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