JULIA DE BURGOS "Yo fui la más callada"
Yo fui la más callada
de todas las que
hicieron el viaje hasta tu puerto.
No me anunciaron
lúbricas ceremonias sociales,
ni las sordas
campanas de ancestrales reflejos;
mi ruta era la música
salvaje de los pájaros
que soltaba a los
aires mi bondad en revuelo...
No me cargaron buques
pesados de opulencia,
ni alfombras
orientales apoyaron mi cuerpo;
encima de los buques
mi rostro aparecía
silbando en la
redonda sencillez de los vientos.
No pesé la armonía de
ambiciones triviales
que prometía tu mano
colmada de destellos:
sólo pesé en el suelo
de mi espíritu ágil
el trágico abandono
que ocultaba tu gesto.
Tu dualidad perenne
la marcó mi sed ávida.
Te parecías al mar,
resonante y discreto.
Sobre ti fui pasando
mis horarios perdidos.
Sobre mí te seguiste
como el sol en los pétalos.
Y caminé en la brisa
de tu dolor caído
con la tristeza
ingenua de saberme en lo cierto:
tu vida era un
profundo batir de inquietas fuentes
en inmenso río blando
corriendo hacia el desierto.
Un día, por las
playas amarillas de histeria,
muchas caras ocultas
de ambición te siguieron;
por tu oleaje de
lágrimas arrancadas al cosmos
se colaron las voces
sin cruzar tu misterio...
Yo fui la más
callada.
La voz casi sin eco.
La conciencia tendida
en sílaba de angustia,
desparramada y
tierna, por todos los silencios.
Yo fui la más
callada.
La que saltó la
tierra sin más arma que un verso.
¡Y aquí me veis,
estrellas,
desparramada y
tierna, con su amor en mi pecho!
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