Cada
rosa gentil ayer nacida,
cada
aurora que apunta entre sonrojos,
dejan
mi alma en el éxtasis sumida
¡nunca
se cansan de mirar mis ojos
el
perpetuo milagro de la vida!
Años
ha que contemplo las estrellas
en
las diáfanas noches españolas
y
las encuentro cada vez mas bellas.
Años
ha que en el mar conmigo a solas,
¡y
aún me pasma el prodigio de las olas!
Cada
vez hallo la naturaleza
más
sobrenatural, más pura y santa,
Para
mí, en rededor, todo es belleza:
y
con la misma plenitud me encanta
la
boca de la madre cuando reza
que
la boca del niño cuando canta.
Quiero
ser inmortal con sed intensa,
porque
es maravilloso el panorama
con
que nos brinda la creación inmensa;
porque
cada lucero me reclama,
diciéndome
al brillar: "Aquí se piensa,
también
aquí se lucha, aquí se ama."
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