miércoles, 13 de mayo de 2015

NOTAS SALVAJES 

DOLORES ETCHECOPAR


si tu lengua apoya las cacerías del silencio
sobre mi lengua
hablaré
montaña oscura  
madre clavada en la nieve
madre clavada en el ángelus de la caverna
en la vidriera en la rueca de los cuentos
en la tonada de mi tonada puesta del revés
que no puedo sacarme sin muerte
palabras lentas de mi cuerpo en otra parte
palabras fuertes mis enemigas
raspan la noche el sol que me embarazó
sumergida campana que cruza
los caminos y los huesos
me pusieron por nombre una raya roja
en la ingle
alegría
antes que el otoño fusile a las mariposas
estaremos en el fondo de las pudriciones
caballo blanco
tubérculo que brilla en el regazo
y arroja el oro de los muertos
sobre el recién nacido
el sol su cadera móvil y simple
pasará frente al lenguaje
y hablaré
alguien corta los hilos del bosque
y deja los ojos de mi madre
en el suelo oscuro
puestera del silencio
yo vi una luciérnaga
y las llaves que sólo cierran
el alba y los ojos
adiós dije adiós a las palabras
voy a dormir sobre el sexo de un color
el agua que yo tuve en la infancia
está dentro de tu boca
la lentitud abre sus muslos de colores
y me separo de la muerte
con algo que la luna mece en mi cadera

muchacha que saltas a la soga
sobre la vereda caliente
o la caída de las hojas
o el miedo
feroces mandíbulas te educan
puestera del silencio
la camisa planchada y doblada
los ojos de mi madre en el suelo oscuro
adiós dije adiós a las palabras
la basura decora mi piel


como un relámpago

OLEGARIO VÍCTOR ANDRADE AL GENERAL ÁNGEL VICENTE PEÑALOZA

OLEGARIO  VÍCTOR ANDRADE 

AL GENERAL ÁNGEL VICENTE PEÑALOZA


¡Mártir del pueblo! tu gigante talla
Más grande y majestuosa se levanta
Que entre el solemne horror de la batalla,
Cuando de fierro la sangrienta valla
Servía de pedestal para tu planta.

¡Mártir del pueblo! víctima expiatoria
Inmolada en el ara de una idea,
te has dormido en los brazos de la historia
Con la inmortal diadema de la gloria
Que del genio un relámpago clarea.

¡Mártir del pueblo! apóstol del derecho,
Tu sangre es lluvia de fecundo riego,
y el postrimer aliento de tu pecho,
que era a la fe de tu creencia estrecho,
será más tarde un vendaval de fuego.

¡Mártir del pueblo! tu cadáver yerto,
Como el ombú que el huracán desgaja,
Tiene su tumba digna en el desierto,
Sus grandes armonías por concierto
Y el cielo de la patria por mortaja.

¿Qué importa que en las sombras de occidente,
Del desencanto el doloroso emblema,
Como una virgen, que morir se siente,
Incline el sol la enardecida frente,
De los mundos magnífica diadema?

¿Qué importa que se melle en las gargantas
El cuchillo del déspota porteño,
Y ponga de escabel, bajo sus plantas,
Del patriotismo las enseñas santas
Con que iba un héroe a perturbar su sueño?

¿Qué importa que sucumban los campeones
Y caigan los aceros de sus manos,
Si no muere la fe en sus corazones,
Y del pendón del libre, los jirones
Sirven para amarrar a los tiranos?

¿Qué importa, si esa sangre que gotea
En principio de vida se convierte,
Y el humo funeral de la pelea
Lleva sobre sus alas una idea
Que triunfa de la saña de la muerte?

¿Qué importa que la tierra dolorida
Solloce con las fuentes y las brisas,
Si no ha de ser eterna la partida,
Si con nuevo vigor, con nueva vida,
Más grande ha de brotar de sus cenizas?

¡Mártir! Al borde de la tumba helada
La gloria velará tu polvo inerte,
Y, al resplandor rojizo de tu espada,
Caerá de hinojos esa turba airada
Que disputa sus presas a la muerte.

Y cuando tiña el horizonte oscuro,
Del porvenir la llamarada inmensa
Y se desplome el carcomido muro,
Que tiembla como el álamo inseguro
Ante las nubes que el dolor condensa,

Entonces los proscriptos, los hermanos,
Irán ante tu fosa, reverentes,
A orar a Dios, con suplicantes manos,
Para saber domar a los tiranos,
O morir como mueren los valientes.

lunes, 11 de mayo de 2015

EL ÁNGEL DE LAS CHARRÚAS JUAN ZORRILLA DE SAN MARTÍN

EL ÁNGEL DE LAS CHARRÚAS  

JUAN ZORRILLA DE SAN MARTÍN


I

Era el ángel transparente
que el indio libre adoró;
rayo de un astro doliente,
el último, ¡ay! inocente
de una raza que murió.
Fría cruzaba la brisa
sobre un humeante chal,
oreando sangre, de prisa,
fría cruzaba la brisa
como la hoja de un puñal.

Llanto pidiendo a las hojas,
lamentos al Uruguay,
plañía tristes congojas,
llanto pidiendo a las hojas
del ombú y del ñandubay.

Por la llanura esparcidos
en sangrienta confusión,
están los bravos caídos,
por la llanura esparcidos
sin fuego en el corazón.

Las indiecitas huyendo
solas y sin patria van;
dejan sus toldos gimiendo,
las indiecitas huyendo
porque murió Zapicán.
¡Cayó una raza inocente!
¡Sin dar un paso hacia atrás
dobló la bronceada frente!
¡Cayó una raza inocente
para no alzarse jamás!


II

Oscura, como la sombra
de una conciencia maldita,
la noche los cuerpos muertos
con su crespón envolvía;
y palpitando en su seno
como un alma que, perdida,
llora buscando su forma,
y al llorar canta y suspira,
algo como una canción
de triste cadencia rítmica
casi al silencio y al llanto
y a la muerte parecida,
se dilataba vibrando
en aureolas de armonía.
Las siluetas, de las lomas,
con iluminadas líneas,
poco a poco comenzaron
a dibujarse indecisas
sobre ellas, formando copos
de formas todas distintas,
se encendió un hermoso grupo
de plateadas nubecillas;
de entre ellas salieron rayos
perdidos entre ellas mismas,
los átomos encendidos
brillaron con luz tranquila,
y de entre todos, besando
a nubes, rayos y líneas,
serena se alzó la luna
con quieta melancolía,
acariciando a la tierra
con su luz diáfana y tibia.

Entonces, como engendrada
por la luz que la envolvía,
sentada sobre una loma,
se vio la forma de una india:
intangible y transparente,
casi sin forma distinta,
era un ensueño de niño,
un jirón de luz con vida;
una alma, forma y substancia
de una niebla que palpita;
un espíritu sin nombre
formado por la unión íntima
de las furias del salvaje
y de la calma divina.

Era el ángel transparente
que el indio libre adoró;
rayo de un astro doliente,
el último ¡ay! inocente
de una raza que murió.

Con la frente sobre el pecho
y la mano en la mejilla,
modulada la canción
que entre las sombras latía;
transparentaba la luz
su tez pálida y cobriza;
del fondo de dos abismos
brotaba su ardiente vista;
tres plumas sobre su frente
el viento al pasar agita,
y un tipoy blanco en jirones
vela mal sus formas tímidas;
en su frente chispeaba
la noble altivez vencida;
de una esperanza en sus ojos
aun humeaban las cenizas,
que un fulgor vago y siniestro
prestaban a sus pupilas.

Era el ángel transparente
que el indio libre adoró,
rayo de un astro doliente,
el último ¡ay! inocente
de una raza que murió.

Era un misterio encarnado
entre las selvas indígenas,
por los amores del cielo
con una tierra bendita;
era un ser que condensaba
toda una raza extinguida:
las lágrimas de los niños,
los suspiros de las indias,
los ayes de los guerreros
que, combatiendo, caían;
los aullidos del combate,
las ramas que el viento agita,
el silbar de las saetas
y bolas arrojadizas;
el golpe de las macanas,
el bote de lanzas indias,
el chasquido de los lazos
que arrebataban las filas,
el caer de cuerpos muertos
y alzar de almas redimidas.

Era el ángel transparente
que el indio libre adoró,
rayo de un astro doliente,
el último ¡ay! inocente
de una raza que murió.


III

De la visión de la loma
la transparente armonía,
entre la luz que se apaga
por grados casi se infiltra;
se extienden y se dilatan
de sus contornos las líneas,
y en su lugar, en la loma,
una leve nubecilla,
quedó sólo iluminada
por las últimas caricias
del astro que adoró el indio
y que ahora sólo se iba
sin que un aullido charrúa
culto salvaje le rinda.
La última crencha de luz
absorbió a la nubecilla,
como a una niebla en verano
una ráfaga disipa,
se apagó la luz del mundo,
se ahogó la dulce armonía,
volvió la sombra a envolver
los muertos en la campiña.
Volvió el silencio a reinar
entre las selvas indígenas,
y, a lo lejos, en el río,
en los buques de la orilla,
se oyó el rodar de cadenas
de una maniobra marina.
¡Cadenas! ¡Pobres charrúas!
¡Ay de la raza vencida!

¡Cayó una raza inocente!
¡Sin dar un paso hacia atrás
dobló la bronceada frente!
¡Cayó una raza inocente
para no alzarse jamás!


SALVAJE JUANA DE IBARBOUROU

SALVAJE 

JUANA DE IBARBOUROU


Bebo el agua limpia y clara del arroyo
y vago por los campos teniendo por apoyo
un gajo de algarrobo liso, fuerte y pulido
que en sus ramas sostuvo la dulzura de un nido.

Así paso los días, morena y descuidada,
sobre la suave alfombra de la grama aromada.
Comiendo de la carne jugosa de las fresas
o en busca de fragantes racimos de frambuesas.

Mi cuerpo está impregnado del aroma ardoroso
de los pastos maduros. Mi cabello sombroso
esparce, al destrenzarlo, olor a sol y a heno,
a savia, a yerbabuena y a flores de centeno.

¡Soy libre, sana, alegre, juvenil y morena,
cual si fuera la diosa del trigo y de la avena!
¡Soy casta como Diana
y huelo a hierba clara nacida en la mañana!


NOMENCLATURA Y APOLOGÍA DEL CARAJO ACUÑA DE FIGUEROA, FRANCISCO ESTEBAN

NOMENCLATURA Y APOLOGÍA DEL CARAJO 

 ACUÑA DE FIGUEROA, FRANCISCO ESTEBAN


La lengua castellana es tan copiosa,
En voces y sinónimos, tan rica,
Que con nombres diversos, cualquier cosa
O con varias metáforas explica
Monarca Soberano, y Rey... ¡qué encanto!
Todo es un mismo nombre repetido;
Y tres veces también con un sentido
Son, Pontífice; Papa, y Padre Santo.
Pero hay de grande aprecio entre los hombres,
Un cierto pajarraco, o alimaña,
Que tiene más sinónimos, y nombres
Que títulos tenia el Rey de España.



Yo, por tal de evitárosle trabajo
De una investigación algo penosa,
Diré que esa alimaña, o quisicosa
No es el Papa, ni el Rey sino... el Carajo!
Miembro Viril, o miembro solamente
Le llama el diccionario... ¡Qué Mezquino!
Sus nombres en el uso más frecuente
Son el nabo, el zurriago, y el pepino
El cimborio, la tripa, y el virote
(flores son de la Lengua Castellana)
el visnago, la pica y la macana
son como la mazorca y el cipote.
El príapo, la porra, y el chorizo
El rábano, la pija, y el badajo;
Picha y ciruela en Español castizo
Son sinónimos todos del Carajo.
El vergajo; la guasca, y mango
el tarugo, el lenguado, y la banana
el pito, y el vitoque... es cosa llana
que equivalen al chocho, y al zanguango.
La butifarra, el tronco, y la batata
O el lagarto, le llama cualquier topo
el aquello, o la cosa, la Beata
y el Fraile, la correa, y el hisopo.
Muchos suelen llamarle, el trompo, el sapo
otros, el motillón, y el calabrote;
los músicos, la flauta, o el fagote
y el artillero espeque, o sacatrapo.
Siguiendo a la metáfora la hebra
Llámanle, el narigón, el nene, el chato
el tramojo, el merengue y de barato,
van péndulo, panal, bicho y culebra.
La berenjena, la pistola, el dómine,
bien lo sabe cualquiera chuchumeco
todos vienen a ser Carajo "in nomine"
lo mismo que el gazapo, y el muñeco.
En el estilo vulgar, llámanle el rabo
y algunos el peludo... ¡Impropio nombre!
pues por más pendejudo que sea un hombre
no tiene tales pelos en el nabo!
Tiene otros cien apodos que no cuento
que aplica cada cual, según su antojo
como el corvo, la pieza, el instrumento.
el mondongo, el apéndice, el hinojo.
El negocio, la polla, y la poronga
van como suplemento... y pica punto
que no falta purista que suponga
que esto el miembro, y cojones todo junto.
He aquí en todas sus fases, y conforme
a la ley, por el uso sancionada
con setenta y tres nombres señalada
aquella quisicosa-multiforme.
La cajeta de nombres menos rica
no puede competirle y alza moño
aunque ostenta sus títulos, de Chica
o de raja, argolla, concha y coño.
Lejos de competirle, queda abajo
En buena hora, le añadan papo, y chocho,
Nombres de morondanga... Ellos son ocho
Y entre todos no valen un ¡Carajo!.
Yo, en cualquiera emoción, desahogo el pecho
Cuando un fuerte ¡Carajo! desembucho...
Interjección potente del despecho
Que si es echada a tiempo, vale mucho.
Del sexto en los sentidos corporales,
es el carajo la mejor prescea;
y más si es de esos miembros burricales
que ostentan a la par Fajardo y Zea.
Palabra comodín, que entra al destajo
en todo, pues se dice sin reproche,
fría como un Carajo está la noche
O caliente está el sol, como un Carajo.
Un buen gallo contenta a cien gallinas
y a diez hembras, cualquier mameluco
y por ser bien armado, el Rey Nabuco,
se preñó a cuatro cientas concubinas.
No me vengan hipócritas devotos,
tratando de indecentes mis razones,
ellos dicen, testículos y escrotos,
y se asustan de huevos y cojones.
El venerable Astete, sin reparo,
Y en verdad que ninguno lo acrimina
No fornicar prescribe en su doctrina
que es decir, no joder hablando claro.
Masturbación... ¡satánico delito!
Clama el predicador; pero un galopo
sigue en la tanda de sobarse el pito
¿Porqué? Porque no entiende aquel piropo.
En asunto de nabo, o de cajeta
pan, pan, y vino, vino, es lo acertado
dígase claramente que es pecado
el hacerse la paja o la puñeta.
El profeta Ezequiel, dis que Doliba
se entregaba a cualquiera rodaballo
con tal de que le arrimasen panza arriba
Verga de burro, y chorro de caballo.
Un Carajo de un seme, grueso y sano
es digno de coronas y guirnaldas
Así ante tan potente soberano
Las Nobles y plebeyas, caen de espaldas.



Hay de Carajos, variedad bastante
Largos, cortos, redondos, puntiagudos!
derechos y torcidos, servigudos!
Y romos y de punta de Diamante.
Si el miembro de botón, como el de un perro
se engancha al fornicar y es un estorbo
y es bueno que sea duro, como un hierro
y es mejor es derecho, que no corvo.
En fin, aquí termina mi trabajo
Si algún censor severo lo condena
Que me eche un buen Carajo... en hora buena
¡Que más quisiera yo, que un buen Carajo!.


domingo, 10 de mayo de 2015

FACUNDO CABRAL POBRE MI PATRÓN

FACUNDO CABRAL  

POBRE MI PATRÓN


'El diablo fue al mar a escrivir la historia de mundo

pero no habia agua, dios se la habia bebido.

buscando agua encontro petroleo...

pero murio de sed.

yo no se quien va mas lejos

la montaña o el cangrejo

pobrecito mi patron piensa que el pobre soy yo

Quien sabe si el apollarse

es mejor que deslisarse

pobresito mi patron piensa que el pobre soy yo

Mas que el oro es la pobresa

lo mas caro en la existencia

pobrecito mi patron piensa que el pobre soy yo

Solamente lo barato

se compra con el dinero

pobrecito mi patron piensa que el pobre soy yo

Que me inporta ganar dies

si se contar hasta seis

pobresito mi patron piensa que el pobre soy yo.




LA ESTRANGULADORA AMANDA BERENGUER

LA ESTRANGULADORA 

AMANDA BERENGUER


"entonces levantó una garra afelpada / un espejo"

No hubo apremios / ni desgarraduras /
Ni ser cosa aparente / que fuera de veras /
—así creía /

fui violada / impregnada / por el Ave Tiempo /
el Ave Roc del 2º viaje de Simbad / —me parece /
y quedé presa / irremediablemente embarazada
de algo que no sabía /

aquí estoy / toda vientre / hasta el final /
globulosa ampolla / esperando
la desocupación del cuerpo: ¿el nacimiento? /

¿qué es esto que llevo dentro?
¿árbol con plumas? ¿pájaro? ¿libro secreto?
¿totem de la casa? ¿una cuchara acaso?
Computadora ¿dónde estás? ¿la guardó José Pedro?
—no la veo / ¿qué pasa? ¿estás aquí? señalo
con el índice su cuerpo /
oh congestión de la memoria / el huevo crece /
el útero se desborda / y aquello que no sabía
¿dónde se encuentra ahora?

Cuando se mira en el espejo / su vientre crecido
hacía pensar en la gran magnolia / —blanca y sedosa
como la angustia / se oyó decir a la noche
oculta entre las aguas tormentosas del espejo /
—lleva el destino en la cintura
igual que el cinto de Orión
igual que el collar de Sirio la Estrella-perro
de dos cabezas /
dijo el aire / y con sus dedos midió la altura
de la habitación / y la magnolia no cabía /
—mal tiempo: la luna se hizo con agua
clamó el Ave / el violador /
y se abrió el espejo /

debí escribir magnolia o sandía /
lo mismo da /
la gran magnolia multipétala / drogada de sexo /
o la faraona sandía de manto verde
mostrando en la mano izquierda su tremendo feto
sangrante /

¿habría podido hacerlo? / ¿perdí el sentido? /
¿qué nervios unen la magnolia a la sandía? /
¿qué cabos atan los encuentros?

no supe si había arriba o abajo
entre las plumas entreveradas / y el sudor /
los 40 grados del Ave Roc / el termómetro
amarillo / lo dejé sobre la mesa de luz /
y tuve miedo / la fiebre subía
lentamente como una inundación / el diluvio /
la nave estaba llena de animales y cosas y preguntas

y estaba Drácula en lo oscuro / los hermanos
Karamazovi / los bigotes espesos de una morsa
o de Nietzche / y unas palabras en el espejo:
"habré vivido parecido a los dioses / y eso basta" /
perdí la cara de Hölderlin / y me miró sedoso
y Delmira de rojo / y mamá / y mamá
con sombrero pequeño con larga pluma de faisán
¿tía Ana / muerta de tisis? / tres rosas amarillas /
pregunta Emily hamacándose / y Marosa con gladiolo
—¿cree Vd. en los presentimientos? /
Alvaro y Sylvia asisten
y José Pedro / sentados en el borde de la cama /
más dos aspirinas y redoxón / más el jazmín
de noviembre / y un vaso de agua / y mejor /
mejor / —me siento mejor /
¿me pueden decir dónde estaba ese pájaro?

saliéndose de sí / el monstruo / pujando
desde el primer círculo concéntrico del agua /
la magnolia hinchada / el monstruo / la magnolia
en el líquido / en la placenta /
primera imagen del viaje /

vamos a torcerle el cuello a la Esfinge /
como mi abuela Pepa sabía hacer con la gallina
o el pollo / a la hora de cocinar /
la cabeza con pico ojos y cresta / en la mano derecha /
y el cuerpo en la izquierda / conteniendo las alas /
mi abuela de pie / bajaba el animal a la altura
de sus rodillas / y luego de enroscar la cabeza
estiraba con fuerza —con las dos manos
en dirección opuesta: hacia arriba y hacia abajo /
después con un cuchillo bien afilado
(pasa el afilador en bicicleta y su piedra redonda
de la que saltan chispas / —no afiles las tijeras, Minye
—si está nublado, no lo llames /
—si hace sol, trae suerte)
después hacía un tajo profundo
en la nuca del ave / del que manaba
sangre a raudales /
y entonces todo se moría /aleteando
a mi alrededor /
a mí me gustaba comer el corazón
y lo repartía entre los demás comensales /
siempre lo partí a lo largo / el corazoncito
con sus cavidades vacías / en cuatro / seis / ocho
partes minúsculas / una para cada uno /
el padre /la madre / los hijos / los nietos /

le traje a José Pedro de Teotihuacán
un cuchillo de obsidiana / negro y brillante /
"vivisecciona el destino y extrae,
palpitante, un corazón victorioso
del pecho de los vencidos" /
todos quedamos callados / cuando
lo miramos /

—¿qué haces, abuela, con ese cuchillo ?
—voy a afilarlo para matar al corderito /
—¿por qué no a ese otro bicho enorme, abuela? /
lo he visto en el gallinero /
las alas le saltan por encima del alambrado /
sus patas mullidas de gato montés aplastan los huevos /
tenía cara de reina / de genia / de superhermbra /
y detrás esa cola / esa culebra que la seguía /

a los siete días aborté la magnolia
y al noveno / la Esfinge /
hubo una especie de sabotaje
en la maternidad / donde sobrevolaba
vigilante / el Ave Roc / el padre /

la Esfinge nació con cabeza y pecho de mujer
y la cara andrógina /egipcia / de Sol de Levante
o de Madonna / de acuerdo con las circunstancias /
cuerpo de león /recuerdo sus patas y sus flancos
color fuego suave /con aquellas alas semiplegadas
al uso de escultura arcaica / y aquella cola sinuosa
se serpiente / para que nadie se engañe /

(después supe que en Egipto / 3000 años antes de Cristo /
había nacido sin alas / y que los árabes la llamaban
en medio del desierto "Padre del espanto" y
"León de la noche")

en seguida habló: / ¿de qué demonios hablan?
¿dónde estoy? ¿adónde vamos? ¿qué me pongo?
¿quienes son? ¿a qué hora comemos? ¿quién hace
las camas? ¿dónde dormiremos? /
su lenguaje tenía la voz aguda del viento /
envolvente / seductora /

(Píndaro el poeta / había dicho que tenía
"la voz fatal del trueno" /
mal observado: no rea así)

Y con su voz segura / insinuante /
se hizo inquisidora /
¡si los sabremos! que no sabemos
y en el saber "toda ciencia trascendiendo"
no podremos, no / con la enorme roca /
con el peso abrumador de la pregunta /

se puso el día / habló de modas y de maquillajes /
encapulló palabras como huevos de serpiente
bajo hilos de seda / y plumas / y gestos de mujer /
mas una fuerza feroz / convertida en cuento cotidiano
sin salida / —¿recuerdan?
—¿Querés que te cuente el cuento del gallo pelado?
—Si / —No te pregunto que sí / te pregunto si querés que te
cuente el cuento del gallo pelado / Sí / sí / contámelo
por favor! / — No te pregunto si querés que te cuente el cuento
del gallo pelado / —¡Basta! ¡Basta! no preguntes más /
no preguntes más /
—Humorista la Esfinge /
la encontré luego / muy cerca de casa /
a la vuelta de la esquina / echada a la sombra
de los plátanos / en la vereda /
en esa calle que lleva al "río grande como el mar" /
y aunque hacía mucho calor / nadie / nadie /
no pasaba nadie hacia la playa cercana /

me había arrastrado / había caminado
desde hacía mucho / y ahora me apoyaba / cansada /
sobre un bastón /

entonces levantó una garra afelpada / un espejo /
me miró como si ella y yo nos estuviéramos mirando
a través de un telescopio / ¿era el desierto de Atacama
o el Sahara / la zona que habitábamos?
¿dónde estaban los plátanos frondosos? / ¿y el salado
y dulce Río de la Plata?

me hubiera gustado acortar las distancias /
y llevarla como si fuera un perro con cabeza de niña
y alas de mariposa / —María pósate / virgen maripósate /
vamos / —le dije familiarmente— / vení conmigo /
vamos a la clase / ayudame a ordenar
el Cuestionario /

la cara de la Esfinge bella y fuerte /
parecía ahora un autorretrato de Frida Kahlo /
y allá en Teotihuacan en un friso
de la Pirámide del Sol /
su cola de serpiente se emplumó /

¿qué sentiste Frida Kahlo / la pintora /
rodeada de sandías / entre las copas llenas de rojo /
y Tú Madonna / tan rubia / tan rockera /
aullando sobre la escena / envueltas las dos
en esa boa de plumas blancas y negras
de vodevil de los twenty / cuando llegó
la noche de las Diosas?

hace mucho / en una vuelta artera
de la Sierra de las Ánimas /
cuando íbamos de excursión hasta la cima /
se te podía ver a la hora del poniente
detenida al borde del camino por donde trepábamos /

y éramos jóvenes / en los pantalones de jean
se ensartaban las espinas de la cruz /
y éramos jóvenes / y nos dejaste pasar /
y éramos jóvenes / y no preguntaste / hija mía /
entonces mostrabas cabeza de india charrúa /
alas pardas de águila mora / en cuerpo de puma dorado /
y cola moteada de yarará /
y tenías puesta la cara de Delmira / la de esa foto
tomada días antes de su asesinato /

sobre tu sexo de gran felino / espejeaban
tus ojos de pájaro altanero /
bajo tu cola de noche filósofa / alquimista /
de sierpe encubridora
"done puede nutrirse la simiente
de una estirpe sublimemente loca" / dejó escrito
Delmira /

ahí estaba a Esfinge / la Estranguladora /
hija de Humo Estupefaciente y de Serpiente /
o hija de Sirio y de su propia madre /
(su padre Sirio era la radiante Estrella-perro
de dos cabezas:
una cabeza miraba hacia adelante / hacia el Año Nuevo /
la otra cabeza miraba hacia atrás / hacia el Año Viejo)
o la misma Esfinge montevideana hija mía
y del Ave Roc del 2º viaje de Simbad/

la Estranguladora había volado desde lo más lejano
del mundo / desde Etiopía / —creo— / hasta
el Monte Ficio / entre montañas / cerca de Tebas
la griega / pasamos por allí
en un verano ardiente de 1971 /

y vimos las ruinas de la ciudad / una barraca
de materiales de demolición rodeados de tejido de
alambre / restos de mármoles sucios / casi enterrados /
columnas quebradas / pedazos de capiteles
desparramados como en un basural /
de Edipo / que algunos conocían
y que nadie sabía de verdad /

allí la Estranguladora había gobernado el Año
y las Estaciones /
y fue asimismo la Diosa Luna: la que cambia
de "León creciente" a " Serpiente menguante"

comparemos:
aquí en el hemisferio Sur / sucede /
que el Año tiene forma de herradura /
y nos rodea como el horizonte
cuando se navega en medio del Océano /
una herradura con las puntas separadas
hacia el Norte / hacia el verde / hacia el rojo /
hacia el calor / y la curva continua hacia el Sur /
hacia el blanco / hacia el violeta / hacia el frío /
con esa herradura cabalgan mudo los años planetarios /
—observé /

de niña los veía así:
sorprendidos por sus edades opuestas
el último día del Año Viejo /
y el primer día del Año Nuevo / tenían que cruzar
el puente /
los separaba un espacio infinitesimal /
de pasaje imposible /
"Zenón! Cruel Zenón! Zenón d´Elée!
m´as-tu percé de cette flèche ailée
qui vibre, vole, et qui ne vole pas!"
los separaba un fragmento infinito de noche
de verano Austral / que se cruzaba / sencillamente
de un salto / en un instante /
a las 12 en punto PM. del 31 de diciembre
al cumpleaños de papá / el 1º de enero /
a papá le regalábamos esa noche / una corbata de seda
que usaba sólo los días de fiesta /

en esa fisura del tiempo / en los más hondo /
estaba escondida la Estranguladora / lo sabía
pero no lo dije / aunque temblaba de asombro /
y allí asomaban sus cabezas
sobre un "espejo humeante" /
lo verde y lo seco / lo vivo y lo muerto /
el sí y el no / el uno y el cero /
la sandía y la blanca cala con el espádice amarillo
de un retrato, por un lado / y la hueva binaria
inteligente, por el otro /
la luna: la mirada de la sombra, del revés /
y los nervios sexuados de las computadoras,
del derecho / asomaban desafiantes
sobre la espumosa cerveza de las Estaciones /

el Tiempo sorbía la espuma que desbordaba
las orillas del espejo /

mucho más al Norte / pasando el istmo de Panamá /
nos esperaban los antiguos aztecas renaciendo
en Cerámicas / en Frescos de la Ciudad de los Dioses /
en Códices /
pasaban por allí cruzando la enorme calzada rectangular
entre la Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna
por el Valle de los Muertos /
de pronto
se iluminaron de luces rojizas /
—como cuando se pone el Sol—
las alineadas habitaciones del Palacio /
de dónde salían cantos y coros de guerreros /

salían Caballeros Águilas / Caballeros Tigres
con máscaras impenetrables /inmóviles / hieráticas
en los rituales de la iniciación /
el cuchillo de obsidiana / el mismo
cuchillo afilado de mi niñez /
cuando repartía el corazón /

el Sol preside las ceremonias /
lo oscuro se hace claro / lo femenino masculino /
la serpiente se empluma y empolla mariposas:
las livianas almas de los muertos /

espíritu /aire / tinieblas / tiembla el jeroglífico:
"oscuro espejo humeante" / "humo espejeante" /
la palabra enuncia las insistentes / vitales /
repetidas preguntas /
"¡oh amigos!
¿dónde está la tierra en la que no se muere?
¿no habré de ir acaso a la región del Misterio?"

cuántas veces nos hemos preguntado
cuando se oscureció el sol / cuando llega la sombra /
cuando murió mi madre /
y todas las cosas se pusieron boca abajo
en señal de respeto/

"yo iba sola al Misterio, bajo un sol de locura"
contestaba Delmira desde Montevideo /
la Esfinge aguarda / echada en la vereda /
a la sombra de los plátanos / muy cerca de mi casa /
y se sabe que está ahí / con máscara teotihuacana /
o cara de qué?

la encontré sin querer / la reconocí /
entonces levantó una garra afelpada / un espejo /
y me miró como si ella y yo
nos estuviéramos mirando a través de un telescopio /
recorrimos los puntos cardinales de su encuentro:
la orilla del Nilo / Tebas / Teotihuacán /
la Sierra de las Animas / el barrio donde vivo /
y tuve la impresión de estar volando encima del Ave Roc
junto a Simbad / el marino /

las mil y una noches brillaban en el cielo /
como una constelación de vanguardia /

pero no olvides / la Esfinge conoce
el magisterio del lenguaje / fue educada /
por Cantoras divinas / las Musas / hijas
del Firmamento Brillante y de la Memoria /
que le enseñaron la palabra:
su música / su poder / y su vuelo /

sus maestras dijeron
lo que es / lo que será / lo que ha sido /
y las res le enseñaron el Enigma:

esa pregunta compuesta de imágenes
a punto de metáfora /
de alegoría final /
y la respuesta exacta
con la que se jugaba a muerte /
la vida /
era cruel y ocurriría siempre /

—¿qué ser con sólo una voz, tiene a veces dos pies,
a veces tres, a veces cuatro, y es más débil
cuantos más pies tiene?

—¿cuál es el animal que tiene cuatro pies
por la mañana, dos al mediodía, y tres por la noche?

adivina adivinador / ¿cuál es el ave que pone mejor?

—Martín Pescador / ¿me dejará pasar? /
—pasará / pasará / pero el último quedará /
(así jugaba la niña cuando iba a la escuela) /

—¿brillará el sol / mañana?
—¿adónde iré? ¿adónde iré?

"—¿sólo así he de irme
como las flores que perecieron?"
"—¿nada quedará en mi nombre?"

—¿qué podía hacer yo?

—¿adónde iré? ¿adónde iré?

pasaron por allí viajeros / corredores de bolsa /
ejecutivos / turistas / camioneros / periodistas /
videístas / fotógrafos / cineastas / rockeros /
cantores / poetas /
y fueron interrogados en ese aeropuerto /
y todos perecieron / estrangulados /
y devorados /
por la monstruosa inquisidora /

cuando la encontré nuevamente / cerca de casa /
esperándome /
a la sombra verde oscuera de los plátanos
de espesas hojas / en la vereda que llevaba
al "río grande como mar" /
y la reconocí /bella / atenta / astuta / feroz /
tuve miedo /
el miedo se me vino encima /
y me pregunté a mí misma: ¿adónde iré?
¿adónde iré?
y tuve más miedo / y pensé en alguien
que pudiera acompañarme en esas horas /

el sol se había oscurecido / y se veía
a la luna abrazada al cuerpo del sol como amantes /
papá! / mamá! / José Pedro! / Álvaro! / los llamé
a grandes gritos /

el eco me respondió como si mis palabras
hubieran rebotado en mis propios tímpanos /

"—¿acaso de verdad se vive en la tierra?"
"¿acaso son de verdad los hombres?"

"—¿dónde andabas, oh poeta?"
—como esmeraldas y plumas finas llueven
las palabras"

¿acaso son palabras/ la única memoria
de la tierra?

¿puedes recordar
el alma de los hombres /
sin haber escuchado la caída penetrante
de esa lluvia / de esa llovizna transparente?

¿puedes recordar
el alma de los hombres /
sin haberte embebido de esa agua alimenticia /
casi inmemorial / de palabras proferidas
a lo largo de edades y culturas?

¿acaso una inesperada precipitación
apagará la brasa del Enigma?

¿es ésto lo único cierto en la vida?

"—eres festejado /divinas palabras hiciste" /
¡pero has muerto!



enero-febrero 1995