SALVAJEJUANA DE IBARBOUROU |
Bebo el
agua limpia y clara del arroyo
y vago por los campos teniendo por apoyo un gajo de algarrobo liso, fuerte y pulido que en sus ramas sostuvo la dulzura de un nido. Así paso los días, morena y descuidada, sobre la suave alfombra de la grama aromada. Comiendo de la carne jugosa de las fresas o en busca de fragantes racimos de frambuesas. Mi cuerpo está impregnado del aroma ardoroso de los pastos maduros. Mi cabello sombroso esparce, al destrenzarlo, olor a sol y a heno, a savia, a yerbabuena y a flores de centeno. ¡Soy libre, sana, alegre, juvenil y morena, cual si fuera la diosa del trigo y de la avena! ¡Soy casta como Diana y huelo a hierba clara nacida en la mañana! |
En esta página haremos conocer aquellas poesías y/o los poetas que trascendieron a través de los tiempos y la historia
lunes, 11 de mayo de 2015
SALVAJE JUANA DE IBARBOUROU
NOMENCLATURA Y APOLOGÍA DEL CARAJO ACUÑA DE FIGUEROA, FRANCISCO ESTEBAN
NOMENCLATURA Y APOLOGÍA DEL CARAJOACUÑA DE FIGUEROA, FRANCISCO ESTEBAN |
La lengua castellana es tan copiosa,
En voces y sinónimos, tan rica, Que con nombres diversos, cualquier cosa O con varias metáforas explica Monarca Soberano, y Rey... ¡qué encanto! Todo es un mismo nombre repetido; Y tres veces también con un sentido Son, Pontífice; Papa, y Padre Santo. Pero hay de grande aprecio entre los hombres, Un cierto pajarraco, o alimaña, Que tiene más sinónimos, y nombres Que títulos tenia el Rey de España. Yo, por tal de evitárosle trabajo De una investigación algo penosa, Diré que esa alimaña, o quisicosa No es el Papa, ni el Rey sino... el Carajo! Miembro Viril, o miembro solamente Le llama el diccionario... ¡Qué Mezquino! Sus nombres en el uso más frecuente Son el nabo, el zurriago, y el pepino El cimborio, la tripa, y el virote (flores son de la Lengua Castellana) el visnago, la pica y la macana son como la mazorca y el cipote. El príapo, la porra, y el chorizo El rábano, la pija, y el badajo; Picha y ciruela en Español castizo Son sinónimos todos del Carajo. El vergajo; la guasca, y mango el tarugo, el lenguado, y la banana el pito, y el vitoque... es cosa llana que equivalen al chocho, y al zanguango. La butifarra, el tronco, y la batata O el lagarto, le llama cualquier topo el aquello, o la cosa, la Beata y el Fraile, la correa, y el hisopo. Muchos suelen llamarle, el trompo, el sapo otros, el motillón, y el calabrote; los músicos, la flauta, o el fagote y el artillero espeque, o sacatrapo. Siguiendo a la metáfora la hebra Llámanle, el narigón, el nene, el chato el tramojo, el merengue y de barato, van péndulo, panal, bicho y culebra. La berenjena, la pistola, el dómine, bien lo sabe cualquiera chuchumeco todos vienen a ser Carajo "in nomine" lo mismo que el gazapo, y el muñeco. En el estilo vulgar, llámanle el rabo y algunos el peludo... ¡Impropio nombre! pues por más pendejudo que sea un hombre no tiene tales pelos en el nabo! Tiene otros cien apodos que no cuento que aplica cada cual, según su antojo como el corvo, la pieza, el instrumento. el mondongo, el apéndice, el hinojo. El negocio, la polla, y la poronga van como suplemento... y pica punto que no falta purista que suponga que esto el miembro, y cojones todo junto. He aquí en todas sus fases, y conforme a la ley, por el uso sancionada con setenta y tres nombres señalada aquella quisicosa-multiforme. La cajeta de nombres menos rica no puede competirle y alza moño aunque ostenta sus títulos, de Chica o de raja, argolla, concha y coño. Lejos de competirle, queda abajo En buena hora, le añadan papo, y chocho, Nombres de morondanga... Ellos son ocho Y entre todos no valen un ¡Carajo!. Yo, en cualquiera emoción, desahogo el pecho Cuando un fuerte ¡Carajo! desembucho... Interjección potente del despecho Que si es echada a tiempo, vale mucho. Del sexto en los sentidos corporales, es el carajo la mejor prescea; y más si es de esos miembros burricales que ostentan a la par Fajardo y Zea. Palabra comodín, que entra al destajo en todo, pues se dice sin reproche, fría como un Carajo está la noche O caliente está el sol, como un Carajo. Un buen gallo contenta a cien gallinas y a diez hembras, cualquier mameluco y por ser bien armado, el Rey Nabuco, se preñó a cuatro cientas concubinas. No me vengan hipócritas devotos, tratando de indecentes mis razones, ellos dicen, testículos y escrotos, y se asustan de huevos y cojones. El venerable Astete, sin reparo, Y en verdad que ninguno lo acrimina No fornicar prescribe en su doctrina que es decir, no joder hablando claro. Masturbación... ¡satánico delito! Clama el predicador; pero un galopo sigue en la tanda de sobarse el pito ¿Porqué? Porque no entiende aquel piropo. En asunto de nabo, o de cajeta pan, pan, y vino, vino, es lo acertado dígase claramente que es pecado el hacerse la paja o la puñeta. El profeta Ezequiel, dis que Doliba se entregaba a cualquiera rodaballo con tal de que le arrimasen panza arriba Verga de burro, y chorro de caballo. Un Carajo de un seme, grueso y sano es digno de coronas y guirnaldas Así ante tan potente soberano Las Nobles y plebeyas, caen de espaldas. Hay de Carajos, variedad bastante Largos, cortos, redondos, puntiagudos! derechos y torcidos, servigudos! Y romos y de punta de Diamante. Si el miembro de botón, como el de un perro se engancha al fornicar y es un estorbo y es bueno que sea duro, como un hierro y es mejor es derecho, que no corvo. En fin, aquí termina mi trabajo Si algún censor severo lo condena Que me eche un buen Carajo... en hora buena ¡Que más quisiera yo, que un buen Carajo!. |
domingo, 10 de mayo de 2015
FACUNDO CABRAL POBRE MI PATRÓN
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LA ESTRANGULADORA AMANDA BERENGUER
LA ESTRANGULADORAAMANDA BERENGUER |
"entonces
levantó una garra afelpada / un espejo"
No hubo apremios / ni desgarraduras / Ni ser cosa aparente / que fuera de veras / —así creía / fui violada / impregnada / por el Ave Tiempo / el Ave Roc del 2º viaje de Simbad / —me parece / y quedé presa / irremediablemente embarazada de algo que no sabía / aquí estoy / toda vientre / hasta el final / globulosa ampolla / esperando la desocupación del cuerpo: ¿el nacimiento? / ¿qué es esto que llevo dentro? ¿árbol con plumas? ¿pájaro? ¿libro secreto? ¿totem de la casa? ¿una cuchara acaso? Computadora ¿dónde estás? ¿la guardó José Pedro? —no la veo / ¿qué pasa? ¿estás aquí? señalo con el índice su cuerpo / oh congestión de la memoria / el huevo crece / el útero se desborda / y aquello que no sabía ¿dónde se encuentra ahora? Cuando se mira en el espejo / su vientre crecido hacía pensar en la gran magnolia / —blanca y sedosa como la angustia / se oyó decir a la noche oculta entre las aguas tormentosas del espejo / —lleva el destino en la cintura igual que el cinto de Orión igual que el collar de Sirio la Estrella-perro de dos cabezas / dijo el aire / y con sus dedos midió la altura de la habitación / y la magnolia no cabía / —mal tiempo: la luna se hizo con agua clamó el Ave / el violador / y se abrió el espejo / debí escribir magnolia o sandía / lo mismo da / la gran magnolia multipétala / drogada de sexo / o la faraona sandía de manto verde mostrando en la mano izquierda su tremendo feto sangrante / ¿habría podido hacerlo? / ¿perdí el sentido? / ¿qué nervios unen la magnolia a la sandía? / ¿qué cabos atan los encuentros? no supe si había arriba o abajo entre las plumas entreveradas / y el sudor / los 40 grados del Ave Roc / el termómetro amarillo / lo dejé sobre la mesa de luz / y tuve miedo / la fiebre subía lentamente como una inundación / el diluvio / la nave estaba llena de animales y cosas y preguntas y estaba Drácula en lo oscuro / los hermanos Karamazovi / los bigotes espesos de una morsa o de Nietzche / y unas palabras en el espejo: "habré vivido parecido a los dioses / y eso basta" / perdí la cara de Hölderlin / y me miró sedoso y Delmira de rojo / y mamá / y mamá con sombrero pequeño con larga pluma de faisán ¿tía Ana / muerta de tisis? / tres rosas amarillas / pregunta Emily hamacándose / y Marosa con gladiolo —¿cree Vd. en los presentimientos? / Alvaro y Sylvia asisten y José Pedro / sentados en el borde de la cama / más dos aspirinas y redoxón / más el jazmín de noviembre / y un vaso de agua / y mejor / mejor / —me siento mejor / ¿me pueden decir dónde estaba ese pájaro? saliéndose de sí / el monstruo / pujando desde el primer círculo concéntrico del agua / la magnolia hinchada / el monstruo / la magnolia en el líquido / en la placenta / primera imagen del viaje / vamos a torcerle el cuello a la Esfinge / como mi abuela Pepa sabía hacer con la gallina o el pollo / a la hora de cocinar / la cabeza con pico ojos y cresta / en la mano derecha / y el cuerpo en la izquierda / conteniendo las alas / mi abuela de pie / bajaba el animal a la altura de sus rodillas / y luego de enroscar la cabeza estiraba con fuerza —con las dos manos en dirección opuesta: hacia arriba y hacia abajo / después con un cuchillo bien afilado (pasa el afilador en bicicleta y su piedra redonda de la que saltan chispas / —no afiles las tijeras, Minye —si está nublado, no lo llames / —si hace sol, trae suerte) después hacía un tajo profundo en la nuca del ave / del que manaba sangre a raudales / y entonces todo se moría /aleteando a mi alrededor / a mí me gustaba comer el corazón y lo repartía entre los demás comensales / siempre lo partí a lo largo / el corazoncito con sus cavidades vacías / en cuatro / seis / ocho partes minúsculas / una para cada uno / el padre /la madre / los hijos / los nietos / le traje a José Pedro de Teotihuacán un cuchillo de obsidiana / negro y brillante / "vivisecciona el destino y extrae, palpitante, un corazón victorioso del pecho de los vencidos" / todos quedamos callados / cuando lo miramos / —¿qué haces, abuela, con ese cuchillo ? —voy a afilarlo para matar al corderito / —¿por qué no a ese otro bicho enorme, abuela? / lo he visto en el gallinero / las alas le saltan por encima del alambrado / sus patas mullidas de gato montés aplastan los huevos / tenía cara de reina / de genia / de superhermbra / y detrás esa cola / esa culebra que la seguía / a los siete días aborté la magnolia y al noveno / la Esfinge / hubo una especie de sabotaje en la maternidad / donde sobrevolaba vigilante / el Ave Roc / el padre / la Esfinge nació con cabeza y pecho de mujer y la cara andrógina /egipcia / de Sol de Levante o de Madonna / de acuerdo con las circunstancias / cuerpo de león /recuerdo sus patas y sus flancos color fuego suave /con aquellas alas semiplegadas al uso de escultura arcaica / y aquella cola sinuosa se serpiente / para que nadie se engañe / (después supe que en Egipto / 3000 años antes de Cristo / había nacido sin alas / y que los árabes la llamaban en medio del desierto "Padre del espanto" y "León de la noche") en seguida habló: / ¿de qué demonios hablan? ¿dónde estoy? ¿adónde vamos? ¿qué me pongo? ¿quienes son? ¿a qué hora comemos? ¿quién hace las camas? ¿dónde dormiremos? / su lenguaje tenía la voz aguda del viento / envolvente / seductora / (Píndaro el poeta / había dicho que tenía "la voz fatal del trueno" / mal observado: no rea así) Y con su voz segura / insinuante / se hizo inquisidora / ¡si los sabremos! que no sabemos y en el saber "toda ciencia trascendiendo" no podremos, no / con la enorme roca / con el peso abrumador de la pregunta / se puso el día / habló de modas y de maquillajes / encapulló palabras como huevos de serpiente bajo hilos de seda / y plumas / y gestos de mujer / mas una fuerza feroz / convertida en cuento cotidiano sin salida / —¿recuerdan? —¿Querés que te cuente el cuento del gallo pelado? —Si / —No te pregunto que sí / te pregunto si querés que te cuente el cuento del gallo pelado / Sí / sí / contámelo por favor! / — No te pregunto si querés que te cuente el cuento del gallo pelado / —¡Basta! ¡Basta! no preguntes más / no preguntes más / —Humorista la Esfinge / la encontré luego / muy cerca de casa / a la vuelta de la esquina / echada a la sombra de los plátanos / en la vereda / en esa calle que lleva al "río grande como el mar" / y aunque hacía mucho calor / nadie / nadie / no pasaba nadie hacia la playa cercana / me había arrastrado / había caminado desde hacía mucho / y ahora me apoyaba / cansada / sobre un bastón / entonces levantó una garra afelpada / un espejo / me miró como si ella y yo nos estuviéramos mirando a través de un telescopio / ¿era el desierto de Atacama o el Sahara / la zona que habitábamos? ¿dónde estaban los plátanos frondosos? / ¿y el salado y dulce Río de la Plata? me hubiera gustado acortar las distancias / y llevarla como si fuera un perro con cabeza de niña y alas de mariposa / —María pósate / virgen maripósate / vamos / —le dije familiarmente— / vení conmigo / vamos a la clase / ayudame a ordenar el Cuestionario / la cara de la Esfinge bella y fuerte / parecía ahora un autorretrato de Frida Kahlo / y allá en Teotihuacan en un friso de la Pirámide del Sol / su cola de serpiente se emplumó / ¿qué sentiste Frida Kahlo / la pintora / rodeada de sandías / entre las copas llenas de rojo / y Tú Madonna / tan rubia / tan rockera / aullando sobre la escena / envueltas las dos en esa boa de plumas blancas y negras de vodevil de los twenty / cuando llegó la noche de las Diosas? hace mucho / en una vuelta artera de la Sierra de las Ánimas / cuando íbamos de excursión hasta la cima / se te podía ver a la hora del poniente detenida al borde del camino por donde trepábamos / y éramos jóvenes / en los pantalones de jean se ensartaban las espinas de la cruz / y éramos jóvenes / y nos dejaste pasar / y éramos jóvenes / y no preguntaste / hija mía / entonces mostrabas cabeza de india charrúa / alas pardas de águila mora / en cuerpo de puma dorado / y cola moteada de yarará / y tenías puesta la cara de Delmira / la de esa foto tomada días antes de su asesinato / sobre tu sexo de gran felino / espejeaban tus ojos de pájaro altanero / bajo tu cola de noche filósofa / alquimista / de sierpe encubridora "done puede nutrirse la simiente de una estirpe sublimemente loca" / dejó escrito Delmira / ahí estaba a Esfinge / la Estranguladora / hija de Humo Estupefaciente y de Serpiente / o hija de Sirio y de su propia madre / (su padre Sirio era la radiante Estrella-perro de dos cabezas: una cabeza miraba hacia adelante / hacia el Año Nuevo / la otra cabeza miraba hacia atrás / hacia el Año Viejo) o la misma Esfinge montevideana hija mía y del Ave Roc del 2º viaje de Simbad/ la Estranguladora había volado desde lo más lejano del mundo / desde Etiopía / —creo— / hasta el Monte Ficio / entre montañas / cerca de Tebas la griega / pasamos por allí en un verano ardiente de 1971 / y vimos las ruinas de la ciudad / una barraca de materiales de demolición rodeados de tejido de alambre / restos de mármoles sucios / casi enterrados / columnas quebradas / pedazos de capiteles desparramados como en un basural / de Edipo / que algunos conocían y que nadie sabía de verdad / allí la Estranguladora había gobernado el Año y las Estaciones / y fue asimismo la Diosa Luna: la que cambia de "León creciente" a " Serpiente menguante" comparemos: aquí en el hemisferio Sur / sucede / que el Año tiene forma de herradura / y nos rodea como el horizonte cuando se navega en medio del Océano / una herradura con las puntas separadas hacia el Norte / hacia el verde / hacia el rojo / hacia el calor / y la curva continua hacia el Sur / hacia el blanco / hacia el violeta / hacia el frío / con esa herradura cabalgan mudo los años planetarios / —observé / de niña los veía así: sorprendidos por sus edades opuestas el último día del Año Viejo / y el primer día del Año Nuevo / tenían que cruzar el puente / los separaba un espacio infinitesimal / de pasaje imposible / "Zenón! Cruel Zenón! Zenón d´Elée! m´as-tu percé de cette flèche ailée qui vibre, vole, et qui ne vole pas!" los separaba un fragmento infinito de noche de verano Austral / que se cruzaba / sencillamente de un salto / en un instante / a las 12 en punto PM. del 31 de diciembre al cumpleaños de papá / el 1º de enero / a papá le regalábamos esa noche / una corbata de seda que usaba sólo los días de fiesta / en esa fisura del tiempo / en los más hondo / estaba escondida la Estranguladora / lo sabía pero no lo dije / aunque temblaba de asombro / y allí asomaban sus cabezas sobre un "espejo humeante" / lo verde y lo seco / lo vivo y lo muerto / el sí y el no / el uno y el cero / la sandía y la blanca cala con el espádice amarillo de un retrato, por un lado / y la hueva binaria inteligente, por el otro / la luna: la mirada de la sombra, del revés / y los nervios sexuados de las computadoras, del derecho / asomaban desafiantes sobre la espumosa cerveza de las Estaciones / el Tiempo sorbía la espuma que desbordaba las orillas del espejo / mucho más al Norte / pasando el istmo de Panamá / nos esperaban los antiguos aztecas renaciendo en Cerámicas / en Frescos de la Ciudad de los Dioses / en Códices / pasaban por allí cruzando la enorme calzada rectangular entre la Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna por el Valle de los Muertos / de pronto se iluminaron de luces rojizas / —como cuando se pone el Sol— las alineadas habitaciones del Palacio / de dónde salían cantos y coros de guerreros / salían Caballeros Águilas / Caballeros Tigres con máscaras impenetrables /inmóviles / hieráticas en los rituales de la iniciación / el cuchillo de obsidiana / el mismo cuchillo afilado de mi niñez / cuando repartía el corazón / el Sol preside las ceremonias / lo oscuro se hace claro / lo femenino masculino / la serpiente se empluma y empolla mariposas: las livianas almas de los muertos / espíritu /aire / tinieblas / tiembla el jeroglífico: "oscuro espejo humeante" / "humo espejeante" / la palabra enuncia las insistentes / vitales / repetidas preguntas / "¡oh amigos! ¿dónde está la tierra en la que no se muere? ¿no habré de ir acaso a la región del Misterio?" cuántas veces nos hemos preguntado cuando se oscureció el sol / cuando llega la sombra / cuando murió mi madre / y todas las cosas se pusieron boca abajo en señal de respeto/ "yo iba sola al Misterio, bajo un sol de locura" contestaba Delmira desde Montevideo / la Esfinge aguarda / echada en la vereda / a la sombra de los plátanos / muy cerca de mi casa / y se sabe que está ahí / con máscara teotihuacana / o cara de qué? la encontré sin querer / la reconocí / entonces levantó una garra afelpada / un espejo / y me miró como si ella y yo nos estuviéramos mirando a través de un telescopio / recorrimos los puntos cardinales de su encuentro: la orilla del Nilo / Tebas / Teotihuacán / la Sierra de las Animas / el barrio donde vivo / y tuve la impresión de estar volando encima del Ave Roc junto a Simbad / el marino / las mil y una noches brillaban en el cielo / como una constelación de vanguardia / pero no olvides / la Esfinge conoce el magisterio del lenguaje / fue educada / por Cantoras divinas / las Musas / hijas del Firmamento Brillante y de la Memoria / que le enseñaron la palabra: su música / su poder / y su vuelo / sus maestras dijeron lo que es / lo que será / lo que ha sido / y las res le enseñaron el Enigma: esa pregunta compuesta de imágenes a punto de metáfora / de alegoría final / y la respuesta exacta con la que se jugaba a muerte / la vida / era cruel y ocurriría siempre / —¿qué ser con sólo una voz, tiene a veces dos pies, a veces tres, a veces cuatro, y es más débil cuantos más pies tiene? —¿cuál es el animal que tiene cuatro pies por la mañana, dos al mediodía, y tres por la noche? adivina adivinador / ¿cuál es el ave que pone mejor? —Martín Pescador / ¿me dejará pasar? / —pasará / pasará / pero el último quedará / (así jugaba la niña cuando iba a la escuela) / —¿brillará el sol / mañana? —¿adónde iré? ¿adónde iré? "—¿sólo así he de irme como las flores que perecieron?" "—¿nada quedará en mi nombre?" —¿qué podía hacer yo? —¿adónde iré? ¿adónde iré? pasaron por allí viajeros / corredores de bolsa / ejecutivos / turistas / camioneros / periodistas / videístas / fotógrafos / cineastas / rockeros / cantores / poetas / y fueron interrogados en ese aeropuerto / y todos perecieron / estrangulados / y devorados / por la monstruosa inquisidora / cuando la encontré nuevamente / cerca de casa / esperándome / a la sombra verde oscuera de los plátanos de espesas hojas / en la vereda que llevaba al "río grande como mar" / y la reconocí /bella / atenta / astuta / feroz / tuve miedo / el miedo se me vino encima / y me pregunté a mí misma: ¿adónde iré? ¿adónde iré? y tuve más miedo / y pensé en alguien que pudiera acompañarme en esas horas / el sol se había oscurecido / y se veía a la luna abrazada al cuerpo del sol como amantes / papá! / mamá! / José Pedro! / Álvaro! / los llamé a grandes gritos / el eco me respondió como si mis palabras hubieran rebotado en mis propios tímpanos / "—¿acaso de verdad se vive en la tierra?" "¿acaso son de verdad los hombres?" "—¿dónde andabas, oh poeta?" —como esmeraldas y plumas finas llueven las palabras" ¿acaso son palabras/ la única memoria de la tierra? ¿puedes recordar el alma de los hombres / sin haber escuchado la caída penetrante de esa lluvia / de esa llovizna transparente? ¿puedes recordar el alma de los hombres / sin haberte embebido de esa agua alimenticia / casi inmemorial / de palabras proferidas a lo largo de edades y culturas? ¿acaso una inesperada precipitación apagará la brasa del Enigma? ¿es ésto lo único cierto en la vida? "—eres festejado /divinas palabras hiciste" / ¡pero has muerto! enero-febrero 1995 |
ROSALÍA DE CASTRO SED DE AMORES TENÍA Y DEJASTE
ROSALÍA DE CASTRO
SED DE AMORES TENÍA Y DEJASTE
Sed de amores tenía,
y dejaste
que la apagase en tu
boca,
¡piadosa samaritana!,
y te encontraste sin
honra,
ignorando que hay
labios que secan
y que manchan cuanto
tocan.
¡Lo ignorabas!... y
ahora lo sabes!
Pero yo sé también,
pecadora
compasiva, porque a
veces
hay compasiones
traidoras,
que si el sediento
volviese
a implorar
misericordia,
su sed de nuevo
apagaras,
samaritana piadosa.
No volverá, te lo
juro;
desde que una fuente
enlodan
con su pico esas aves
de paso,
se van a beber a otra.
sábado, 9 de mayo de 2015
Himno de la Inmortalidad José de Espronceda
Himno de la InmortalidadJosé de Espronceda(1808–1842) | ||
¡Salve, llama creadora del mundo, Lengua ardiente de eterno saber, Puro germen, principio fecundo Que encadenas la muerte a tus pies! Tú la inerte materia espoleas, Tú la ordenas juntarse y vivir, Tú su lodo modelas, y creas Miles seres de formas sin fin. Desbarata tus obras en vano Vencedora la muerte tal vez; De sus restos levanta tu mano Nuevas obras triunfante otra vez. Tú la hoguera del sol alimentas, Tú revistes los cielos de azul, Tú la luna en las sombras argentas, Tú coronas la aurora de luz. Gratos ecos al bosque sombrío, Verde pompa a los árboles das, Melancólica música al río, Ronco grito a las olas del mar. Tú el aroma en las flores exhalas, En los valles suspiras de amor, Tú murmuras del aura en las alas, En el Bóreas retumba tu voz. Tú derramas el oro en la tierra En arroyos de hirviente metal; Tú abrillantas la perla que encierra En su abismo profundo la mar. Tú las cárdenas nubes extiendes, Negro manto que agita Aquilón; Con tu aliento los aires enciendes, Tus rugidos infunden pavor. Tú eres pura simiente de vida, Manantial sempiterno del bien; Luz del mismo Hacedor desprendida, Juventud y hermosura es tu ser. Tú eres fuerza secreta que el mundo En sus ejes impulsa a rodar, Sentimiento armonioso y profundo De los orbes que anima tu faz. De tus obras los siglos que vuelan Incansables artífices son, Del espíritu ardiente cincelan Y embellecen la estrecha prisión. Tú en violento, veloz torbellino Los empujas enérgica, y van; Y adelante en tu raudo camino A otros siglos ordenas llegar. Y otros siglos ansiosos se lanzan, Desparecen y llegan sin fin, Y en su eterno trabajo se alcanzan, Y se arrancan sin tregua el buril. Y afanosos sus fuerzas emplean En tu inmenso taller sin cesar, Y en la tosca materia golpean, Y redobla el trabajo su afán. De la vida en el hondo Oceáno Flota el hombre en perpetuo vaivén, Y derrama abundante tu mano La creadora semilla en su ser. Hombre débil, levanta la frente, Pon tu labio en su eterno raudal; Tú serás como el sol en Oriente, Tú serás como el mundo, inmortal. |
Lo Que Hace el Tiempo Ramón de Campoamor
Lo Que Hace el TiempoRamón de Campoamor(1817–1901) | ||
A Blanca Rosa de Osma Con mis coplas, Blanca Rosa, Tal vez te cause cuidados Por cantar Con la voz ya temblorosa, Y los ojos ya cansados De llorar. Hoy para ti sólo hay glorias, Y danzas y flores bellas; Mas después, Se alzarán tristes memorias, Hasta de las mismas huellas De tus pies. En tus fiestas seductoras ¿No oyes del alma en lo interno Un rumor, Que lúgubre a todas horas, Nos dice que no es eterno Nuestro amor? ¡Cuánto a creer se resiste Una verdad tan odiosa Tu bondad! ¡Y esto fuera menos triste Si no fuera, Blanca Rosa, Tan verdad! Te aseguro, como amigo, Que es muy raro, y no te extrañe, Amar bien. Siento decir lo que digo; Pero ¿quieres que te engañe Yo también? Pasa un viento arrebatado, Viene amor, y a dos en uno Funde Dios; Sopla el desamor helado, Y vuelve a hacer, importuno, De uno, dos. Que amor, de egoísmo lleno, A su gusto se acomoda Bien y mal; En él hasta herir es bueno, Se ama o no se ama, ésta es toda Su moral. ¡Oh! ¡qué bien cumple el amante, Cuando aun tiene la inocencia, Su deber! Y ¡cómo, más adelante, Aviene con su conciencia Su placer! ¿Y es culpable el que, sediento, Buscando va en nuevos lazos Otro amor? ¡Sí! culpable como el viento Que, al pasar, hace pedazos Una flor. ¿Verdad que es abominable Que el corazón vagabundo Mude así, Sin ser por ello culpable, Porque esto pasa en el mundo Porque sí? Se ama una vez sin medida, Y aun se vuelve a amar sin tino Más de dos. ¡Cuán versátil es la vida! ¡Cuán vano es nuestro destino, Santo Dios! É1 lleve tu labio ayuno A algún manantial querido De placer, Donde dichosa, ninguno Te enserie nunca el olvido Del deber. Siempre el destino constante Nos da cual vil usurero Su favor: Da amor primero y no amante; Después mucho amante, pero Poco amor. Tranquila a veces reposa, Y otras se marcha volando Nuestra fe. Y esto pasa, Blanca Rosa, Sin saber cómo, ni cuándo, Ni por qué. Nunca es estable el deseo, Ni he visto jamás terneza Siempre igual. Y ¿a qué negarlo? No creo Ni del bien en la fijeza, Ni del mal. Este ir y venir sin tasa, Y este moverse impaciente, Pasa así, Porque así ha pasado y pasa, Porque sí, y ¡ay! solamente Porque sí. ¡Cuán inútil es que huyamos De los fáciles amores Con horror, Si cuanto más las pisamos, Más nos embriagan las flores Con su olor! El cielo sin duda envía La lucha a la tormentosa Juventud; Pues ¿qué mérito tendría Sin esfuerzos, Blanca Rosa, La virtud? ¡Ay! un alma inteligente, Siempre en nuestra alma divisa Una flor. Que se abre infaliblemente Al soplo de alguna brisa De otro amor. Mas dirás: —¿Y en qué consiste Que todo a mudar convida?— ¡Ay de mí! En que la vida es muy triste . . . Pero aunque triste, la vida Es así. Y si no es amor el vaso Donde el sobrante se vierte Del dolor, Pregunto yo: —¿Es digno acaso De ocuparnos vida y muerte Tal amor?— Nunca sepas, Blanca Rosa, Que es la dicha una locura, Cual yo sé; Si quieres ser venturosa, Ten mucha fe en la ventura, Mucha fe. Si eres feliz algún día, ¡Guay, que el recuerdo tirano De otro amor No se filtre en tu alegría, Cual se desliza un gusano Roedor! Tú eres de las almas buenas, Cuyos honrados amores Siempre son Los que bendicen sus penas, Penas que se abren en flores De pasión. Con tus visiones hermosas, Nunca de tu alma el abismo Llenarás, Pues la fuerza de las cosas Puede más que Hércules mismo, ¡Mucho más! . . . Si huye una vez la ventura, Nadie después ve las flores Renacer Que cubren la sepultura De los recuerdos traidores Del ayer. ¿Y quién es el responsable De hacer tragar sin medida Tanta hiel? ¡La vida! ¡ésa es la culpable! La vida, sólo es la vida Nuestra infiel. La vida, que desalada, De un vértigo del infierno Corre en pos: Ella corre hacia la nada; ¿Quieres ir hacia lo eterno? Ve hacia Dios. ¡Sí! corre hacia Dios, y Él haga Que tengas siempre una vieja Juventud. La tumba todo lo traga; Sólo de tragarse deja La virtud. |
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