miércoles, 7 de octubre de 2015

JORGE TEILLIER "Adiós al Führer"

JORGE TEILLIER "Adiós al Führer"



Adiós al Führer, adiós a todo Führer
Habido o por haber.
Adiós a todo Führer verdadero o falso,
Buenas noches, le digo, buenas noches
Con una íntima tristeza reaccionaria.

Adiós al Führer que engullía tortas de selva negra
Mientras sus tanques se alimentaban de caminos de Europa.
Adiós a todo Führer que ame a Wagner o la Giovinezza
Ya sea lampiño, barbudo o bigotudo.

Adiós al Führer que en submarino huyó a Buenos Aires
Tras matar a Eva y a Blondi, su fiel perro.
Desde los hielos lo oye llamar Miguel Serrano
Mas ni por mar ni por tierra podrán encontrarlo.

Adiós a todo Führer que nos ordene sepultarnos con él
Tras contemplar cómo arden las ruinas de su imperio,
Y entretanto no deja a nadie dormir tranquilo
Aunque no hayamos violado, ni robado, ni asesinado.

Adiós a todo Führer que obligue a los poetas
A censurar sus manuscritos o mantenerlos secretos
Bajo pena de mandarlos a su isla o archipiélago
O a cortar caña bajo el Sol de la utopía.

Adiós al Führer de la antipoesía
Aunque a veces predique mejor que el Cristo de Elqui.
Es mejor no enseñar dogma alguno, aunque sea ecológico,
Cuando ya no se puede partir a Chillán en bicicleta.

Adiós al Chico Molina, cruel Führer de lo gallardo
Donde escribió El Lobo Estepario antes que Hermann Hesse,
Aunque N.S. Jesucristo murió por él según lo dice Anguita,
Y adiós por quienes desean que demos el sí cuando amamos el no.

Adiós a todo Führer a quien no le importa perder cuarenta o cuarenta mil hombres
Con tal de invadir islas pobladas por ovejas,
Y tras la derrota se acoge a general jubilación
A oír silencio en la noche, ya todo está en calma.

Adiós a quien un tiempo fuera nuestro secreto Führer
Y nos recomendaba abstinencia botella de whiski en mano,
Y con desprecio abandonó su búnker frente al cerro
Para conquistar Venezuela como sus antepasados.

Adiós al pícaro que pretendía ser Martín Bormann:
Enrique Lafourcade, conde de la Fourchette.
Lo verán pasear un ridículo perrito
Sin poder alcanzar ni al Parque Forestal.

Lo verán alimentarse, fantasma rubicundo,
De pálidas y frágiles palomitas nocturnas.
Lo verán recorrer los más perdidos pueblos
Buscando firmar autógrafos a alcaldes y parvularias.

Lo verán sollozar pensando en sus días sin dieta
Con patitas de chancho en Los Buenos Muchachos.
Lo verán derramar una furtiva y valetudinaria lágrima
Mientras canta "Yo soy el rey" creyéndose Pedro Vargas.


Y ya no habrá nadie de la Generación del 50
Para entonar a coro Yo tenía un camarada.
Adiós a todo Führer que nos dé duro con un palo
Y también con una soga
Creyendo que, como él, somos apenas sensitivos.
Y buenas noches, amigos, buenas noches,
Hasta que un día nos volvamos a encontrar
En la hora soberbia y enloquecida de los esqueletos.

MATILDE ALBA SWANN "Canto a tu distancia "

MATILDE ALBA SWANN 
"Canto a tu distancia "


Yo he de sentir en mi escollera
El miedo,
Golpear por mis costados,
Cuando partas.
Levantarás el ancla
Enganchada en mi limo caliente,
Y arrancarás un tiempo de latido
Y soltarás amarras.
Escucharé que partes,
Tu sirena, una espiral opaca,
Silenciará la lumbre de mi cuerpo.
Escalofrío de nieve,
Me quedaré distante con el rostro en nostalgia
De los muelles.
Será un desmayo largo, y estremecido al fin,
Como un abrazo.
Eco en blanco,
Yo no sabré hasta donde
Te llevarán las aguas y los vientos.
Sólo sabré que desgarraste
Del minuto inicial de mi comienzo,
Desde el impulso que generó mi germen,
Desde la huella de mi pie viniendo.
Tierra firme,
Me dormiré en las rocas de la orilla,
Y alguna vez retornarán las olas
Ondulando un mensaje de regreso.
Romperán sobre mí en voces tuyas
Y tu espuma
Ha de nevar mi noche,
Y una caricia ausente, sigilosa
Transitará mi sombra.
Yo he de saber entonces,
Que en alguna parte
Te has quitado tu ropa de viajero
Y aquietaste tu mar
Para evocarme.
Yo sentiré tu mano abierta al tiempo,
Y el resignado olvido de tu carne,
Y tu misterio.
Te sentiré fluyendo entre las horas ásperas,
Y ha de traerme el aire
La canción acostada que me cantes,
Ávido pasto,
Por un suelo de cal que resquebraja.
Inhallado rumor,
Ausente imagen,
Fibra mordida en la oxidada punta de la lanza,
He de crecer al cielo
Por captarte,
Dispersaré en girones por el viento,
Y anclaré en tus pupilas,
Y has de saber entonces,
Que yo parto.





MATILDE ALBA SWANN "Bajo tu lástima"

MATILDE ALBA SWANN 
"Bajo tu lástima"



Quiero huir de tu lástima, y tropiezo
Con mis zarzas de miedo
Y con mi nido
De alegrías dormidas, y desgarro.

Has tendido
Tu sonrisa en piedad a mi costado,
Y te quedas
A mirarme ceder, sombra inclinada
Como un tronco crujido
De castigos.

Tus dos brazos cruzados, y ya ajenos,
Y una boca de beso
Que se guarda.

Nunca me vi pequeña como ahora,
A los pies de tu altura
Compasiva.

Nunca, como hoy, descalza
Y azotada,
A un instante del nunca, irremediable.

Ya no vibra mi carne
En paraísos,
Ni en infiernos, ni en manzanas, serpientes,
Ni en exilios.

Una lacia
Sensación de desgano que me arrastra,
Un insomne desorden
De cabello, una pena tremenda de estar triste,
Y un deseo
De morirme mañana,
Antes que partas, y dejarte
Sonreír de piedad sobre mi ausencia.

lunes, 28 de septiembre de 2015

ALFONSINA STORNI "Duerme tranquilo"

ALFONSINA STORNI 
"Duerme tranquilo"


Dijiste la palabra que enamora
A mis oídos. Ya olvidaste. Bueno.
Duerme tranquilo. Debe estar sereno
Y hermoso el rostro tuyo a toda hora.

Cuando encanta la boca seductora
Debe ser fresca, su decir ameno;
Para tu oficio de amador no es bueno
El rostro ardido del que mucho llora.

Te reclaman destinos más gloriosos
Que el de llevar, entre los negros pozos
De las ojeras, la mirada en duelo.


¡Cubre de bellas víctimas el suelo!
Más daño al mundo hizo la espada fatua
De algún bárbaro rey, y tiene estatua.

ALFONSINA STORNI "Dolor"

ALFONSINA STORNI
"Dolor"


Quisiera esta tarde divina de octubre
Pasear por la orilla lejana del mar;

Que la arena de oro, y las aguas verdes,
Y los cielos puros me vieran pasar.

Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
Como una romana, para concordar

Con las grandes olas, y las rocas muertas
Y las anchas playas que ciñen el mar.

Con el paso lento, y los ojos fríos
Y la boca muda, dejarme llevar;

Ver cómo se rompen las olas azules
Contra los granitos y no parpadear

Ver cómo las aves rapaces se comen
Los peces pequeños y no despertar;

Pensar que pudieran las frágiles barcas
Hundirse en las aguas y no suspirar;

Ver que se adelanta la garganta al aire,
El hombre más bello no desear amar;

Perder la mirada, distraídamente,
Perderla, y que nunca la vuelva a encontrar;


Y, figura erguida, entre cielo y playa,
Sentirme el olvido perenne del mar.

sábado, 26 de septiembre de 2015

JOSÉ ASUNCIÓN SILVA "A un pesimista"

JOSÉ ASUNCIÓN SILVA
"A un pesimista"



Hay demasiada sombra en tus visiones,
Algo tiene de plácido la vida,
No todo en la existencia es una herida
Donde brote la sangre a borbotones.
La lucha tiene sombra, y las pasiones
Agonizantes, la ternura huida,
Todo lo amado que al pasar se olvida
Es fuente de angustiosas decepciones.
Pero, ¿por qué dudar, si aún ofrecen
En el remoto porvenir oscuro
Calmas hondas y vívidos cariños
La ternura profunda, el beso puro
Y manos de mujer, que amantes mecen
Las cunas sonrosadas de los niños?

JOSÉ ASUNCIÓN SILVA "Crepúsculo"

JOSÉ ASUNCIÓN SILVA
"Crepúsculo"


Junto a la cuna aún no está encendida
La lámpara tibia, que alegra y reposa,
Y se filtra opaca, por entre cortinas
De la tarde triste la luz azulosa.
Los niños cansados suspenden los juegos,
De la calle vienen extraños ruidos,
En estos momentos, en todos los cuartos,
Se van despertando los duendes dormidos.
La sombra que sube por los cortinajes,
Para los hermosos oyentes pueriles,
Se puebla y se llena con los personajes
De los tenebrosos cuentos infantiles.
Flota en ella el pobre Rin Rin Renacuajo,
Corre y huye el triste Ratoncito Pérez,
Y la entenebrece la forma del trágico
Barba Azul, que mata sus siete mujeres.
En unas distancias enormes e ignotas,
Que por los rincones oscuros suscita,
Andan por los prados el Gato con Botas,
Y el Lobo que marcha con Caperucita.
Y, ágil caballero, cruzando la selva,
Do vibra el ladrido fúnebre de un gozque,
A escape tendido va el Príncipe Rubio
A ver a la Hermosa Durmiente del Bosque.

Del infantil grupo se levanta leve
Argentada y pura, una vocecilla,
Que comienza: "Entonces se fueron al baile
Y dejaron sola a la Cenicentilla,
Se quedó la pobre triste en la cocina,
De llanto de pena nublados los ojos,
Mirando los juegos extraños que hacían
En las sombras negras los carbones rojos.
Pero vino el Hada que era su madrina,
Le trajo un vestido de encaje y crespones,
Le hizo un coche de oro de una calabaza,
Convirtió en caballos unos seis ratones,
Le dio un ramo enorme de magnolias húmedas,
Unos zapaticos de vidrio, brillantes,
Y de un solo golpe de la vara mágica
Las cenizas grises convirtió en diamantes".

Con atento oído las niñas la escuchan,
Las muñecas duermen, en la blanda alfombra
Medio abandonadas, y en el aposento
La luz disminuye, se aumenta la sombra.


¡Fantásticos cuentos de duendes y hadas,
Llenos de paisajes y de sugestiones,
Que abrís a lo lejos amplias perspectivas
A las infantiles imaginaciones!
Cuentos que nacisteis en ignotos tiempos
Y que vais, volando, por entre lo oscuro,
Desde los potentes Aryos primitivos,
Hasta las enclenques razas del futuro.
Cuentos que repiten sencillas nodrizas
Muy paso, a los niños, cuando no se duermen,
Y que en sí atesoran del sueño poético
El íntimo encanto, la esencia y el germen.
Cuentos más durables que las convicciones
De graves filósofos y sabias escuelas,
Y que rodeasteis con vuestras ficciones,
Las cunas doradas de las bisabuelas.
¡Fantásticos cuentos de duendes y hadas
Que pobláis los sueños confusos del niño,
El tiempo os sepulta por siempre en el alma
Y el hombre os evoca, con hondo cariño!