GUILLERMO VALENCIA
“A la memoria de Josefina”
I
De lo que fue un amor, una dulzura
Sin par, hecha de ensueño y de alegría,
Sólo ha quedado la ceniza fría
Que retiene esta pálida envoltura.
La orquídea de fantástica hermosura,
La mariposa en su policromía
Rindieron su fragancia y gallardía
Al hado que fijó mi desventura.
Sobre el olvido mi recuerdo impera;
De su sepulcro mi dolor la arranca;
Mi fe la cita, mi pasión la espera,
Y la vuelvo a la luz, con esa franca
Sonrisa matinal de primavera:
¡Noble, modesta, cariñosa y blanca!
II
Que te amé, sin rival, tú lo supiste
Y lo sabe el Señor; nunca se liga
La errátil hiedra a la floresta amiga
Como se unió tu ser a mi alma triste.
En mi memoria tu vivir persiste
Con el dulce rumor de una cantiga,
Y la nostalgia de tu amor mitiga
Mi duelo, que al olvido se resiste.
Diáfano manantial que no se agota,
Vives en mí, y a mi aridez austera
Tu frescura se mezcla, gota a gota.
Tú fuiste a mi desierto la palmera,
A mi piélago amargo, la gaviota,
¡Y sólo morirás cuando yo muera!
De lo que fue un amor, una dulzura
Sin par, hecha de ensueño y de alegría,
Sólo ha quedado la ceniza fría
Que retiene esta pálida envoltura.
La orquídea de fantástica hermosura,
La mariposa en su policromía
Rindieron su fragancia y gallardía
Al hado que fijó mi desventura.
Sobre el olvido mi recuerdo impera;
De su sepulcro mi dolor la arranca;
Mi fe la cita, mi pasión la espera,
Y la vuelvo a la luz, con esa franca
Sonrisa matinal de primavera:
¡Noble, modesta, cariñosa y blanca!
II
Que te amé, sin rival, tú lo supiste
Y lo sabe el Señor; nunca se liga
La errátil hiedra a la floresta amiga
Como se unió tu ser a mi alma triste.
En mi memoria tu vivir persiste
Con el dulce rumor de una cantiga,
Y la nostalgia de tu amor mitiga
Mi duelo, que al olvido se resiste.
Diáfano manantial que no se agota,
Vives en mí, y a mi aridez austera
Tu frescura se mezcla, gota a gota.
Tú fuiste a mi desierto la palmera,
A mi piélago amargo, la gaviota,
¡Y sólo morirás cuando yo muera!