martes, 22 de septiembre de 2015

ALBERTO RUY SÁNCHEZ "El reclamo del colibrí"

ALBERTO RUY SÁNCHEZ 
"El reclamo del colibrí"







Las alas del colibrí que alimentaste
Te mencionan, te reclaman:
En el viento estará tu nombre escrito
Siempre nunca, nunca siempre.


Dejaste que el sueño te invadiera
Como un río metiéndose en tus venas.
El sueño del silencio, el de la noche larga.
Y al despertar te fuiste con el sueño.

Vamos a enterrar lo que olvidaste:
Tu rostro sin llanto ni sonrisas,
Tus manos sin fuerza ni ternura,
Tus pies sin pasos,
Tus ojos hacia adentro,
Tu boca sin hambre,
El frío que te cubre como un velo invisible,
El dolor que ya no sientes y nos dejas.

Pasaremos por aquí sin verte.
Nos sentaremos en tu silla.
Dormiremos en tu cama.
Ven por las noches a conversar en sueños
Para hacernos sentir que no te has ido.


Las alas del colibrí que alimentaste
Te mencionan, te reclaman:
En el viento estará tu nombre escrito
Siempre nunca, nunca siempre.

ALBERTO RUY SÁNCHEZ "Aparecida"

ALBERTO RUY SÁNCHEZ 
"Aparecida"







Te vas así
Cuando te acercas
Y al irte
Me dejas
Más cerca de ti.

Mi piel es la prisión
De tu presencia.


Vuelves a mí,
Al abismo de mis manos,
A la orilla
Del sonido
De la sangre
De mi cuerpo,
Y me dejas escuchar los pasos
Veloces
De la tuya.

Pego el oído
A tu piel
(La mía es la prisión
De tu presencia)
Y escucho en ella
El murmullo
De un río en la noche,
Los secretos en tumulto
De un corazón
Que ya no late
Hacia mí.

Pones tu sonrisa en las manos de mis ojos,
Pones tus manos en mis hombros,
Tus pies
Se enredan
En mis piernas,
Se anudan
Como serpientes en celo
Y tu mente
En el mar de aquel olvido
Donde flotan
Nuestras frases
Nuestros quejidos
Nuestros anhelos
De eterna conmoción
Nuestra certeza
De ser indisolubles.

Te vas así
Cuando te acercas
Y al irte
Me dejas
Más cerca de ti.


Mi piel es la prisión
De tu presencia.

sábado, 19 de septiembre de 2015

ELVIO ROMERO "Alegres éramos"

ELVIO ROMERO
"Alegres éramos"


Usted sabe, señor,
Qué alegría colgaba en la floresta;
Qué alegría severa
Como raigambre sudorosa;
Cómo el alegre polvo veraniego
Fulguraba en su lámina esplendente,
Cómo, ¡qué alegremente andábamos!

¡Qué alegremente andábamos!

Usted sabe, señor,
Usted ha visto cómo
La lluvia torrencial sempiterna caía
Sobre un textil aroma de bejucos salvajes
Y cómo iba dejando con sus pétalos húmedos
Su flora resbalosa,
Su acuosa florería.

Usted sabe, señor,
Cómo los sementales retozaban
Hartos de florecer, jubilosos de hartazgo,
Con qué poder la noche deponía
Su amargura en la altura del rocío
Tal como deponía la desdicha
Su arma en las arboledas.

Usted sabe qué alegre
Aflicción de racimos por las ramas
En frutal arco iris vespertino;
Cómo alegres luciérnagas subían
A encender las estrellas,
A conducir azahares que estallaban
Como emoción nupcial o lumbraradas.

Usted sabe, señor,
Que antes de que aquí se enseñoreara
La pobreza, frunciendo hasta las hojas,
Desesperando el aire,
Bien sabe, bien conoce
Que cualquier miserable aquí podía
Fortificar un canto en su garganta,
En su pecho opulento.

¡Cómo podías reír, muchacha mía,
Juvenil, cómo izabas
Una sonrisa fértil como un grano,
Cómo te coronaban los jazmines
Y cómo yo apuraba
Mi vaso de fervor! ¡Qué alegres éramos!

Antes, antes de la amargura,
Antes de que sorbiéramos
Un caudaloso cáliz de indigencias boreales,
Antes de que amarraran los perfumes,
Que en su reverso el sol guardase el hambre,
¡Qué alegres caminábamos!


Antes,
Antes de que el aura ofendieran,
De arrancar la raíz sangrándole los bulbos,
Antes del mayoral, del tiro, antes del látigo,
Qué alegría, señor,
¡Qué alegremente andábamos!

ELVIO ROMERO "Al amor un nombre"

ELVIO ROMERO
"Al amor un nombre"


Quizás porque en ti se asombran
Las cosas voy reinventando
Un nombre nuevo a las cosas.

Quizás por eso buscamos
Signarle un color distinto
A todo cuanto abrazamos.

Al amor un nombre. Al árbol
Que nos cobija. Al silencio
Que se reduce en tus brazos.

Quizás empezarán contigo
A renovarse las hojas
Con que me abrigo y te abrigo.

Y a reinventarse el lucero
Ese brillo enamorado
Del bosque de tus cabellos.

¿Todo es hoy? ¿Hubo pasado?
¿Alguna huella de tu beso
Que su sello haya dejado?

¿Acaso no hay memoria
De aquel rostro, aquellos ojos,
De otros nombres y otras sombras?

¿Contigo el futuro empieza?
¿Contigo el pasado muere?
¿Contigo el presente sueña?

Quizás porque todo ahora
Contigo canta, debiera
Reinventarme cada cosa.


O porque viejos recuerdos
De los ojos se me borran.

viernes, 18 de septiembre de 2015

JORGE ROJAS "El salmo de los árboles"

JORGE ROJAS
"El salmo de los árboles"


Si quieres acercarte más a mi corazón
Rodea tu casa de árboles.
Y sentirás el júbilo de la flor incipiente
Mientras menos lograda más lejos de la muerte.
Escucharás las cosas pequeñas que yo escucho
Cuando cae la tristeza sobre los campos húmedos.
El grillo que devana su pequeña madeja
De soledad y extiende su música en la hierba.
Y verá tu pupila la aventura del vuelo,
La fatiga del ala bajo el plumaje trémulo.
Planta delgados álamos, donde sus sombras midan
El césped silencioso y el agua cantarina,
Y el quieto surtidor verde de los sauces
Para que la tristeza caiga en tus ojos dulces.
El huso de los pinos donde la sombra crece
Que hile la blandura de los atardeceres.
Y cuando esté maduro el silencio del bosque
Pártelo como un fruto, pronunciando mi nombre.
Que sostengan los árboles la lluvia entre sus ramas
Con la misma dulzura con que se toca un arpa.
Y hasta en la oscura noche, cada tallo en aroma
Te entregue la delicia de las futuras pomas.
Y las redondas bayas -madurez y deseo-
Pendan de los flexibles gajos de los ciruelos.
Y decoren de plata sus hojas las acacias
Como si amaneciera la luna entre las ramas.
Que la flor del magnolio, al alto mediodía,
Un loto te recuerde bajo la luz tranquila.
Y la savia palpite si grabas en los robles
El contorno perfecto de nuestros corazones.
El laurel, aun sin frente que aprisionar, recuerde
A tus manos la ausente materia de mis sienes.
Y el mimbre que se doble tierno sobre el estanque
Como si en él quisiera ver el vuelo de un ave.
Despertarán entonces al vaivén de las ramas
Más pájaros que cantos caben en la mañana.
Y la luz será lira sostenida en el aire,
Iniciación del alba, límite de la tarde.
Acércate al rumor del viento entre los árboles,
Amada, y sentirás el rumor de mi sangre.

JORGE ROJAS "El agua"

JORGE ROJAS "El agua"




Beso sin labio, novia en tu desvelo
Esperando una boca que te beba;
Y niña aún si un cántaro te lleva
Arrullada en los brazos bajo el cielo.
Llueve, y el mundo goza de tu vuelo;
Danza la espiga, ábrese la gleba
Y es más dulce cantar cuando se prueba
Tu líquido que sabe a nuestro suelo.
Saltando entre los juncos extraviada
En busca de la sed, corza ligera,
Has quedado en mi mano aprisionada.
No importa que quien te haga prisionera
Te dé su forma, corre alborozada
Persiguiendo tu forma verdadera.

jueves, 17 de septiembre de 2015

GONZALO ROJAS "Código del obseso"

GONZALO ROJAS
"Código del obseso"


I

Busco un pelo; entre lo innumerable de este
Mundo busco un pelo
Disperso en la quebrazón, longuilíneo
De doncellez correspondiente a grande figura
De muchacha grande, pies
Castísimos con uñas pintadas
Por el rey, airosos los muslos
De la esbeltez dual, en ascenso
Más bien secreto, de pubis
A axila, a cabellera
Torrencial tras lo animal del número
Ronco de ser, busco un pelo.

II

Espléndido de mujer
Espléndida, clásica,
Músico
De tacto preferiblemente intrépido
De Boticelli, áureo
Y corrupto de exactitud, castaño
De fulgor, finísimo, de alto a
Bajo busco un pelo.

III

Unigénito, seco de aroma,
Entre el aire y el descaro
Del aire, ni rey
A remolque de esta invención,
Ni tamaña concubina venusina,
Flaco y cínico:
-Galaxias no me quiten el Sol. Pajar del cielo:
Lo que busco es un pelo.