sábado, 8 de agosto de 2015

GERTRUDIS GÓMEZ DE AVELLANEDA "A la muerte de D. José María de Heredia"

GERTRUDIS GÓMEZ DE AVELLANEDA "A la muerte de D. José María de Heredia"


Le poète est semblable aux oiseaux de passage,
Qui ne batissent point leur nid sur le rivage.
Lamartine



Voz pavorosa en funeral lamento,
Desde los mares de mi patria vuela
A las playas de Iberia; tristemente
En son confuso la dilata el viento;
El dulce canto en mi garganta hiela,
Y sombras de dolor viste a mi mente.
¡Ay!, que esa voz doliente,
Con que su pena América denota
Y en estas playas lanza el océano,
"Murió —pronuncia— el férvido patriota..."
"Murió —repite— el trovador cubano";
Y un eco triste en lontananza gime,
"¡Murió el cantor del Niágara sublime!"

¿Y es verdad? ¿Y es verdad?... ¿La muerte impía
Apagar pudo con su soplo helado
El generoso corazón del vate,
Do tanto fuego de entusiasmo ardía?
¿No ya en amor se enciende, ni agitado
De la santa virtud al nombre late?
Bien cual cede al embate
Del aquilón el roble erguido,
Así en la fuerza de su edad lozana
Fue por el fallo del destino herido...
Astro eclipsado en su primer mañana,
Sepúltanle las sombras de la muerte,
Y en luto Cuba su placer convierte.

¡Patria! ¡Numen feliz! ¡Nombre divino!
¡Ídolo puro de las nobles almas!
¡Objeto dulce de su eterno anhelo!
Ya enmudeció tu cisne peregrino...
¿Quién cantará tus brisas y tus palmas,
Tu sol de fuego, tu brillante cielo?...
Ostenta, sí, tu duelo;
Que en ti rodó su venturosa cuna,
Por ti clamaba en el destierro impío,
Y hoy condena la pérfida fortuna
A suelo extraño su cadáver frío,
Do tus arroyos, ¡ay!, con su murmullo
No darán a su sueño blando arrullo.

¡Silencio!, de sus hados la fiereza
No recordemos en la tumba helada
Que lo defiende de la injusta suerte.
Ya reclinó su lánguida cabeza
—De genio y desventuras abrumada—
En el inmóvil seno de la muerte.
¿Qué importa al polvo inerte,
Que torna a su elemento primitivo,
Ser en este lugar o en otro hollado?
¿Yace con él el pensamiento altivo?...
Que el vulgo de los hombres, asombrado
Tiemble al alzar la eternidad su velo;
Mas la patria del genio está en el cielo.

Allí jamás las tempestades braman,
Ni roba al sol su luz la noche oscura,
Ni se conoce de la tierra el lloro...
Allí el amor y la virtud proclaman
Espíritus vestidos de luz pura,
Que cantan el hosanna en arpas de oro.
Allí el raudal sonoro
Sin cesar corre de aguas misteriosas,
Para apagar la sed que enciende al alma
—Sed que en sus fuentes pobres, cenagosas,
Nunca este mundo satisface o calma—.
Allí jamás la gloria se mancilla,
Y eterno el sol de la justicia brilla.

¿Y qué, al dejar la vida, deja el hombre?
El amor inconstante; la esperanza,
Engañosa visión que lo extravía;
Tal vez los vanos ecos de un renombre
Que con desvelos y dolor alcanza;
El mentido poder; la amistad fría;
Y el venidero día
—Cual el que expira breve y pasajero—
Al abismo corriendo del olvido...
Y el placer, cual relámpago ligero,
De tempestades y pavor seguido...
Y mil proyectos que medita a solas,
Fundados, ¡ay!, sobre agitadas olas.


De verte ufano, en el umbral del mundo
El ángel de la hermosa poesía
Te alzó en sus brazos y encendió tu mente,
Y ora lanzas, Heredia, el barro inmundo
Que tu sublime espíritu oprimía,
Y en alas vuelas de tu genio ardiente.
No más, no más lamente
Destino tal nuestra ternura ciega,
Ni la importuna queja al cielo suba...
¡Murió! A la tierra su despojo entrega,
Su espíritu al Señor, su gloria a Cuba;
¡Que el genio, como el sol, llega a su ocaso,
Dejando un rastro fúlgido su paso!

GERTRUDIS GÓMEZ DE AVELLANEDA "A él"

GERTRUDIS GÓMEZ DE AVELLANEDA 
"A él"


No existe lazo ya; todo está roto:
Plúgole al Cielo así; ¡bendito sea!
Amargo cáliz con placer agoto;
Mi alma reposa al fin; nada desea.

Te amé, no te amo ya; piénsolo, al menos.
¡Nunca, si fuere error, la verdad mire!
Que tantos años de amarguras llenos
Trague el olvido; el corazón respire.

Lo has destrozado sin piedad; mi orgullo
Una vez y otra vez pisaste insano...
Mas nunca el labio exhalará un murmullo
Para acusar tu proceder tirano.

De graves faltas vengador terrible,
Dócil llenaste tu misión; ¿lo ignoras?
No era tuyo el poder que, irresistible,
Postró ante ti mis fuerzas vencedoras.

Quísolo Dios, y fue. ¡Gloria a su nombre!
Todo se terminó; recobro aliento.
¡Ángel de las venganzas!, ya eres hombre...
Ni amor ni miedo al contemplarte siento.

Cayó tu cetro, se embotó tu espada...
Mas, ¡ay, cuán triste libertad respiro!
Hice un mundo de ti, que hoy se anonada,
Y en honda y vasta soledad me miro.


¡Vive dichoso tú! Si en algún día
Ves este adiós que te dirijo eterno,
Sabe que aún tienes en el alma mía
Generoso perdón, cariño tierno.

viernes, 7 de agosto de 2015

RAÚL GÓMEZ JATTIN "De lo que soy"

RAÚL GÓMEZ JATTIN 
"De lo que soy"


En este cuerpo
En el cual la vida ya anochece
Vivo yo
Vientre blando y cabeza calva
Pocos dientes
Y yo adentro
Como un condenado
Estoy adentro y estoy enamorado
Y estoy viejo
Descifro mi dolor con la poesía
Y el resultado es especialmente doloroso
Voces que anuncian: ahí vienen tus angustias
Voces quebradas: pasaron ya tus días.


La poesía es la única compañera
Acostúmbrate a tus cuchillos,
Que es la única.

RAÚL GÓMEZ JATTIN "Consolación"

RAÚL GÓMEZ JATTIN 
"Consolación"


Cuánta congoja agazapada
Llevas, Eusebio
El paisaje moral de tus contemporáneos
Te afectó como una lepra blanca.

Eres demasiado sensible, muchacho
Recógete en los libros,
En tu alquimia,
En el calor de tu madre.


El resto no vale la pena, Eusebio
Son fantasmas
Muchedumbres de fantasmas ebrios.

miércoles, 5 de agosto de 2015

OLIVERIO GIRONDO “Calle de las sierpes”

OLIVERIO GIRONDO “Calle de las sierpes”



A D. Ramón Gómez de la Serna.

Una corriente de brazos y de espaldas
Nos encauza
Y nos hace desembocar
Bajo los abanicos,
Las pipas,
Los anteojos enormes
Colgados en medio de la calle;
Únicos testimonios de una raza
Desaparecida de gigantes.

Sentados al borde de las sillas,
Cual si fueran a dar un brinco
Y ponerse a bailar,
Los parroquianos de los cafés
Aplauden la actividad del camarero,
Mientras los limpiabotas les lustran los zapatos
Hasta que pueda leerse
El anuncio de la corrida del domingo.

Con sus caras de mascarón de proa,
El habano hace las veces de bauprés,
Los hacendados penetran
En los despachos de bebidas,
A muletear los argumentos
Como si entraran a matar;
Y acodados en los mostradores,
Que simulan barreras,
Brindan a la concurrencia
El miura disecado
Que asoma la cabeza en la pared.

Ceñidos en sus capas, como toreros,
Los curas entran en las peluquerías
A afeitarse en cuatrocientos espejos a la vez
Y cuando salen a la calle
Ya tienen una barba de tres días.

En los invernáculos
Edificados por los círculos,
La pereza se da como en ninguna parte
Y los socios la ingieren
Con churros o con horchata,
Para encallar en los sillones
Sus abulias y sus laxitudes de fantoches.


Cada doscientos cuarenta y siete hombres,
Trescientos doce curas
Y doscientos noventa y tres soldados,
Pasa una mujer.
A medida que nos aproximamos
Las piedras se van dando mejor.

OLIVERIO GIRONDO "Azotadme”

OLIVERIO GIRONDO 
"Azotadme”


Aquí estoy,
¡Azotadme!
Merezco que me azoten.

No lamí la rompiente,
La sombra de las vacas,
Las espinas,
La lluvia;
Con fervor,
Durante años;
Descalzo,
Estremecido,
Absorto,
Iluminado.

No me postré ante el barro,
Ante el misterio intacto
Del polen,
De la cama,
Del gusano,
Del pasto;
Por timidez,
Por miedo,
Por pudor,
Por cansancio.

No adoré los pesebres,
Las ventanas heridas,
Los ojos de los burros,
Los manzanos,
El alba;
Sin restricción,
De hinojos,
Entregado,
Desnudo,
Con los poros erectos,
Con los brazos al viento,
Delirante,
Sombrío;
En comunión de espanto,
De humildad,
De ignorancia,

Como hubiera deseado.

¡Como hubiera deseado!

lunes, 3 de agosto de 2015

JUAN GELMAN "Ausencia de amor"

JUAN GELMAN 
"Ausencia de amor"


Cómo será pregunto. 
Cómo será tocarte a mi costado. 
Ando de loco por el aire 
Que ando que no ando.

Cómo será acostarme 
En tu país de pechos tan lejano. 
Ando de pobre cristo a tu recuerdo 
Clavado, reclavado.

Será ya como sea. 
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado. 
Me comerás entonces dulcemente 
Pedazo por pedazo.

Seré lo que debiera. 
Tu pie. Tu mano.