lunes, 27 de julio de 2015

ROSARIO CASTELLANOS “Amor”

ROSARIO CASTELLANOS 
“Amor”


Sólo la voz, la piel, la superficie
Pulida de las cosas.

Basta. No quiere más la oreja, que su cuenco
Rebalsaría y la mano ya no alcanza
A tocar más allá.

Distraída, resbala, acariciando
Y lentamente sabe del contorno.
Se retira saciada
Sin advertir el ulular inútil
De la cautividad de las entrañas
Ni el ímpetu del cuajo de la sangre
Que embiste la compuerta del borbotón, ni el nudo
Ya para siempre ciego del sollozo.

El que se va se lleva su memoria,
Su modo de ser río, de ser aire,
De ser adiós y nunca.

Hasta que un día otro lo para, lo detiene
Y lo reduce a voz, a piel, a superficie
Ofrecida, entregada, mientras dentro de sí
La oculta soledad aguarda y tiembla.

ROSARIO CASTELLANOS "Agonía fuera del muro"

ROSARIO CASTELLANOS  
"Agonía fuera del muro"


Miro las herramientas,
El mundo que los hombres hacen, donde se afanan,
Sudan, paren, cohabitan.

El cuerpo de los hombres prensado por los días,
Su noche de ronquido y de zarpazo
Y las encrucijadas en que se reconocen.

Hay ceguera y el hambre los alumbra
Y la necesidad, más dura que metales.

Sin orgullo (¿qué es el orgullo? ¿Una vértebra
Que todavía la especie no produce?)
Los hombres roban, mienten,
Como animal de presa olfatean, devoran
Y disputan a otro la carroña.

Y cuando bailan, cuando se deslizan
O cuando burlan una ley o cuando
Se envilecen, sonríen,
Entornan levemente los párpados, contemplan
El vacío que se abre en sus entrañas
Y se entregan a un éxtasis vegetal, inhumano.

Yo soy de alguna orilla, de otra parte,
Soy de los que no saben ni arrebatar ni dar,
Gente a quien compartir es imposible.

No te acerques a mi, hombre que haces el mundo,
Déjame, no es preciso que me mates.
Yo soy de los que mueren solos, de los que mueren
De algo peor que vergüenza.
Yo muero de mirarte y no entender.

ALFONSO CAMÍN "Covadonga"

ALFONSO CAMÍN 
"Covadonga"


Desde el alto peñón baja el torrente
Y ora es manto de espuma en el vacío,
Ora un collar que se nos fue en rocío,
Ora epopeya de tambor batiente.

Llega hasta abajo, se transforma en fuente;
Va más abajo, se transforma en un río;
Más abajo, un clamoe, un vocerío
De alguien que lucha con extraña gente.

Voz que en el viento su vigor prolonga,
De pastor en pastor, de braña en braña,
Ruge en Onís y repercuta en Ponga.

¡Es la voz de Pelayo en la montaña,
Que empieza resonando en Covadonga
Y acaba resonando en toda España!


ALFONSO CAMÍN "Arriba, siempre arriba"

ALFONSO CAMÍN 
"Arriba, siempre arriba"


Arriba, siempre hacia arriba, 
Como la nieve en la cumbre,
Como el águila en los cielos
Como la estrella y la nube.
Arriba, siempre hacia arriba,
Como el castaño, que nutre
Con el fruto al buen vecino
Y está hueco y no sucumbe.
Como el roble a contraviento,
Como las alas y el numen;
Ser como el tigre que asalta
Y como el león que ruge.
Arriba, siempre hacia arriba,
Como el mar que al peñón cubre;
Ser vencedor aún vencido,
Ser en el carbón la lumbre.
En Trafalgar como Nelson
O ser Gravina en resumen;
Ser en torno de La Habana
El coronel Aranguren.
Drake, terror del Caribe,
Hundiéndose con su buque;
Ser en Canarias el Teide
Que hasta las estrellas sube.
En Cuba el Pico Turquino,
Ser en Puerto Rico El Yunque;
En México el Orizaba
Y el Cerro de Guadalupe.
Arriba, siempre hacia arriba,
Como la Luna aún inmune:
Como el Sol, rey del espacio,
Como la estrella, que fulge.
Arriba, siempre hacia arriba,
Como el Naranjo de Bulnes:
Abajo pasan los osos
Y arriba pasan las nubes.
Arriba, siempre hacia arriba,
Donde Jesús sangra y sufre
Colgado entre dos ladrones
A la romana costumbre.
Huya entre la sombra Judas.
Poncio Pilatos se asuste,
¡Ser la centella y el rayo
Para alumbrar las Tres Cruces!

ROSALÍA DE CASTRO "Del antiguo camino a lo largo"

ROSALÍA DE CASTRO 
"Del antiguo camino a lo largo"


Del antiguo camino a lo largo,
Ya un pinar, ya una fuente aparece,
Que brotando en la peña musgosa
Con estrépito al valle desciende.
Y brillando del sol a los rayos
Entre un mar de verdura se pierden,
Dividiéndose en limpios arroyos
Que dan vida a las flores silvestres
Y en el Sar se confunden, el río
Que cual niño que plácido duerme,
Reflejando el azul de los cielos,
Lento corre en la fronda a esconderse.
No lejos, en soto profundo de robles,
En donde el silencio sus alas extiende,
Y da abrigo a los genios propicios,
A nuestras viviendas y asilos campestres,
Siempre allí, cuando evoco mis sombras,
O las llamo, respóndenme y vienen.

ROSALÍA DE CASTRO "ÁNGEL"

ROSALÍA DE CASTRO 
"ÁNGEL"


Todo duerme... del aire, el soplo blando
Callado va, con temeroso vuelo
El aroma esparciendo de las rosas;
Brilla la luna, y sueñan con el cielo
Los niños que reposan, contemplando
Flores, luz y pintadas mariposas.

¡Niños!, al soplo de mi tibio aliento,
Dormid en paz, que os cubren con sus alas
Los blancos y amorosos serafines,
Y adornándoos a un tiempo con sus galas
Hacen que en ondas os regale el viento
Blando aroma de lirios y jazmines.

Y, en tanto, el astro de la noche, lento,
Pálido, melancólico y suave,
Del aire azul recorre los espacios,
Globo de plata o misteriosa nave,
Vaga a través del ancho firmamento,
Por cima de cabañas y palacios.

Su tibia luz refléjase en la tierra
Como del alba la primer sonrisa
Que va a alegrar las aguas de la fuente;
Y al rizarse los mares con la brisa,
Cuanto su seno de hermosura encierra
Muéstrase allí, brillante y transparente.

Las plantas y los céfiros susurran
Con blando son, y acentos misteriosos
Lanza, al pasar, el murmurante río,
Y a través de los árboles frondosos
Las estrellas inmóviles fulguran
Chispas de luz en su ámbito sombrío.

Todo es reposo, y soledad, y sueño...
Sueño aparente y soledad mentida,
En el mundo del hombre... ¡hermoso mundo
Cuando, mintiendo, a amarle nos convida!
Y es que en que fuese amado puso empeño,
Quien llena cielo y tierra, y mar profundo.

Mas... ¿qué pálida sombra cruza el prado...
Errante, sola, fugitiva y leve?
Como si fuese en pos de un bien perdido,
Apenas al pasar las hojas mueve.
Y vaga al pie del monte y del collado
Cual tortolilla en torno de su nido.

Virgen parece por la undosa falda
Y por la blonda y larga cabellera,
Que el viento de la noche manso agita;
Bello es su rostro y dulce la manera
Con que pisa la alfombra de esmeralda,
Mientras su seno con ardor palpita.

¡Pobre mujer!... ¿Qué culpa, qué pecado
Como aguijón la ha herido en su inocencia,
Que el calor de su lecho así abandona?
Yo sondaré el dolor de tu conciencia,
Que no en vano a la tierra he descendido,
En nombre del Señor que la perdona.

RAMÓN DE CAMPOAMOR "A unos ojos"

RAMÓN DE CAMPOAMOR 
"A unos ojos"


Más dulces habéis de ser,
Si me volvéis a mirar,
Porque es malicia, a mi ver,
Siendo fuente de placer,
Causarme tanto pesar.
De seso me tiene ajeno
El que en suerte tan cruel
Sea ese mirar sereno
Sólo para mí veneno,
Siendo para otros miel.
Si crueles os mostráis,
Porque no queréis que os quiera,
Fieros por demás estáis,
Pues si amándoos me matáis,
Si no os amara muriera.
Si amando os puedo ofender,
Venganza podéis tomar,
Porque es fuerza os haga ver
Que o no os dejo de querer,
O me acabáis de matar.
Si es la venganza medida
Por mi amor, a tal rigor
El alma siento rendida,
Porque es muy poco una vida
Para vengar tanto amor.
Porque con él igualdad
Guardar ningún otro puede;
Es tanta su intensidad,
Que pienso, ¡ay de mí!, que excede
Vuestra misma crueldad.
¡Son, por Dios, crudos azares
Que me den vuestros desdenes
Ciento a ciento los pesares,
Pudiendo darme a millares,
Sin los pesares, los bienes!
Y me es doblado tormento
Y el dolor más importuno,
El ver que mostráis contento
En ser crudos para uno,
Siendo blandos para ciento.
Y es injusto por demás
Que tengáis ojos serenos
A los que de amor ajenos,
Os aman menos, en más,
Y a mí que amo más, en menos.
Y es, a la par que mortal,
Vuestro lánguido desdén
¡Tan dulce, tan celestial!
Que siempre reviste el mal
Con las lisonjas del bien.
¡Oh, si vuestra luz querida
Para alivio de mi suerte
Fuese mi bella homicida!
¡Quién no cambiara su vida
Por tan dulcísima muerte!

Y sólo de angustias lleno,
Me es más que todo cruel,
El que ese mirar sereno,
Sea para mí veneno,
Siendo para todos miel.