lunes, 27 de julio de 2015

PIEDAD BONNETT "Ahora"

PIEDAD BONNETT 
"Ahora"


Me has enseñado a respirar.
Juan Gelman

Porque ahora paso mi mano sobe el envés de las hojas y sé leer su alfabeto
Y si cierro los ojos oigo correr un río y es tu voz que despierta

Porque mi cuerpo comienza ahora en ti y acaba más allá de la lluvia
Donde alcanzan tus brazos y el miedo acuartelado no vigila

Y sé llamar las cosas
De modo que estas salten, se desnuden
Y todo sea reciente
Para mis ojos que aman en tus ojos

Porque en mi llanto crecen blandas plantas carnívoras
Y mi sangre palpita como una iguana abierta

Porque ahora mi cuerpo recupera sus partes
Y nace una piel nueva que derrota el verano

Porque me has enseñado a respirar.

PIEDAD BONNETT “Abismos”

PIEDAD BONNETT 
Abismos”


Porque eres ave que girando en rebeldía
Desafía la bruma
La ardua noche
Haciéndola más honda y más oscura
Y más inmenso el mar
Porque eres nave y náufrago a la vez
Sin velas y sin anclas
Solitario
Profanador de todos los confines
Potro de sombras desbocado y dulce
Para la libertad
Y el cielo galopante
Hecho de vientos y hecho de huracanes
Y sin embargo calmo como el agua
De misteriosos y profundos lagos
Porque extraviado pero indiferente
Como un rey agraviado deambulas
Por los caminos de un imperio en ruinas
Porque eres un reloj sin manecillas
Un bello loto sobre los pantanos
Porque te vi sonriendo en tus orillas
Cayendo voy
Errática y ardida
En tus oscuros mundos abismales.

GIOCONDA BELLI “Ahora vamos envueltos en consignas hermosas”

GIOCONDA BELLI 
“Ahora vamos envueltos en consignas hermosas”


Las mañanas cambiaron su signo conocido.
Ahora el agua, su tibieza, su magia soñolienta
Es diferente.
Ahora oigo desde que mi piel conoce que es de día,
Cantos de tiempos clandestinos
Sonando audaces, altos desde la mesa de noche
Y me levanto y salgo y veo compas atareados
Lustrando sus botas o alistándose para el día
Bajo el sol.
Ya no hay oscuridad, ni barricadas,
Ni abuso del espejo retrovisor
Para ver si me siguen.
Ahora mi aire de siempre es más mi aire
Y este olor a tierra mojada y los lagos allá
Y las montañas
Pareciera que han vuelto a posarse en su lugar,
A enraizarse, a sembrarse de nuevo.
Ya no huele a quemado,
Y no es la muerte una conocida presencia
Esperando a la vuelta de cualquier esquina.
He recuperado mis flores amarillas
Y estos malinches de mayo son mas rojos
Y se desparraman de gozo
Reventados contra el rojinegro de las banderas.
Ahora vamos envueltos en consignas hermosas,
Desafiando pobrezas,
Esgrimiendo voluntades contra malos augurios
Y esta sonrisa cubre el horizonte,
Se grita en valles y lagunas,
Lava lágrimas y se protege con nuevos fusiles.
Ya se unió la historia al paso triunfal de los guerreros
Y yo invento palabras con que cantar,
Nuevas formas de amar,
Vuelvo a ser,
Soy otra vez,
Por fin otra vez,
Soy.

GIOCONDA BELLI "Abandonados"

GIOCONDA BELLI 

"Abandonados"



Tocamos la noche con las manos
Escurriéndonos la oscuridad entre los dedos,
Sobándola como la piel de una oveja negra.

Nos hemos abandonado al desamor,
Al desgano de vivir colectando horas en el vacío,
En los días que se dejan pasar y se vuelven a repetir,
Intrascendentes,
Sin huellas, ni sol, ni explosiones radiantes de claridad.

Nos hemos abandonado dolorosamente a la soledad,
Sintiendo la necesidad del amor por debajo de las uñas,
El hueco de un sacabocados en el pecho,
El recuerdo y el ruido como dentro de un caracol
Que ha vivido ya demasiado en una pecera de ciudad
Y apenas si lleva el eco del mar en su laberinto de concha.

¿Cómo volver a recapturar el tiempo?

¿Interponerle el cuerpo fuerte del deseo y la angustia,
Hacerlo retroceder acobardado
Por nuestra inquebrantable decisión?

Pero... quién sabe si podremos recapturar el momento
Que perdimos.

Nadie puede predecir el pasado
Cuando ya quizás no somos los mismos,
Cuando ya quizás hemos olvidado
El nombre de la calle
Donde
Alguna vez
Pudimos
Encontrarnos.

MIGUEL ARTECHE “Canción a una muchacha ajedrecista muerta”

MIGUEL ARTECHE 
Canción a una muchacha ajedrecista muerta”


Llueve sobre el verano del tablero.
En blanco y negro llueve sobre ti.
Nadie controla tu reloj: te espero
Para jugar allí.

¿Tú mueves o yo muevo? Quién lo sabe.
Quién sabe si allá juega o juega aquí.
De pronto tu tablero es una nave
Que te lleva y nos lleva hacia un jardín.

Hacia un jardín remoto de caballos
Que inmóviles nos miran, y a un alfil
Que negro lanza rayos, rayos, rayos,
Y hace mil años que está de perfil.

Hacia un jardín remoto de tres torres
Donde una dama blanca va hacia ti,
Te llama a ti, y tú hacia ella corres
Y no hay en ella fin.

Donde un peón ha roto ya los sellos
Y te ciñe las sienes de marfil,
Y un rey recoge ahora tus cabellos
Para cubrir con ellos su país.

Hacia un jardín remoto al mediodía,
Donde el agua se tiende en su dormir,
Y ya no hay sed y nunca hay todavía
Y hay un árbol de sol en el jardín.

Sólo que tú no estás. Y está la luna
Cayendo interminable en el jardín
Sobre las soledades de una cuna.
  • Y hay olor de silencio y de partir.

MIGUEL ARTECHE "Amargo amor"

MIGUEL ARTECHE  
"Amargo amor"


Teje tu tela, teje de nuevo tu tela;
Deja que el mes de junio azote el invierno de mi patria;
Teje la tela de acero y de cemento;
Junta tus hilos uno a uno, oh hermoso tejedor;
Forma tu tela con fuertes lazos,
Con orgullosos rastros de sueño.

Toda la tierra está en las colas del amor;
En las ciénagas del amor podridas están las manzanas.
Cada día tiene un eco, un paso, un rastro, gemido;
Cada día la estancia recibe la visita del cuerpo en el lecho;
Cada día hay una mano que desnuda;
Cada día descansa la ropa en las sillas brillantes por el polvo.
Teje tu tela, oh hermoso tejedor;
Teje los restos de los cuerpos que se unieron.

Entre tus hondos pechos de relámpagos quietos,
Entre tu vientre oculto de cesto dividido,
En la cálida ráfaga que viene de tu abrazo,
Fui un día tu sombra, el "cuándo" entristecido,
El "adónde" que lleva hacia una muerte cierta.
Ya moriré algún día sin preguntar qué pasa,
Qué pasa entre tus hombros, en el temblor de espiga
De tu escorzo de nieve,
Qué viene por los ecos que acarician tu pelo,
Qué flechas encendidas acumulan tus manos,
Qué enamorado encuentro ha de tocar tu beso.

No es para volver, no es para cantar
Sino tu verde corazón transfigurado,
La melodiosa sombra que duerme en tus pupilas,
El afán escondido que tenía tu ausencia.

Recógeme, amor mío, con tus cálidas plumas;
Recógeme y húndeme tu ternura llagada;
Colócame en tu olvido, recógeme cantando.
No es para que preguntes, no es para que indagues
El sitio donde puse mi corazón hundido;
Recógeme, ahora, para estar en lo ausente,
Sin preguntar qué ocurre, qué pasa, por qué vuelves
Tu cabeza de ausente firmamento.

Cae ahora hacia mi lado; vuelve
A dividir tu cuerpo, a derramar tu furia,
Hasta que te estremezca el nombre del combate
Que a muerte libraremos, esa pasión a muerte
Entre tú y yo: un huracán de manos
Nos hallará apretados en los dones sin término
De una tierra total.

MANUEL ALTOLAGUIRRE "Beso"

MANUEL ALTOLAGUIRRE 
"Beso"


Cuando me asomé a tus labios
Un rojo túnel de sangre,
Oscuro y triste, se hundía
Hasta el final de tu alma.
Cuando penetró mi beso,
Su calor y su luz daban
Temblores y sobresaltos
A tu carne sorprendida.
Desde entonces los caminos
Que conducen a tu alma
No quieres que estén desiertos.

¡Cuántas flechas, peces, pájaros,
Cuántas caricias y besos!