sábado, 27 de junio de 2015

ANTONIO MACHADO “Amada, el aura dice”

ANTONIO MACHADO

“Amada, el aura dice”



Amada, el aura dice
Tu pura veste blanca...
No te verán mis ojos;
¡Mi corazón te aguarda!

El viento me ha traído
Tu nombre en la mañana;
El eco de tus pasos
Repite la montaña...
No te verán mis ojos;
¡Mi corazón te aguarda!

En las sombrías torres
Repican las campanas...
No te verán mis ojos;
¡Mi corazón te aguarda!


Los golpes del martillo
Dicen la negra caja;
Y el sitio de la fosa,
Los golpes de la azada...
No te verán mis ojos;
¡Mi corazón te aguarda!

ANTONIO MACHADO “Acaso”

ANTONIO MACHADO

“Acaso”



Como atento no más a mi quimera
No reparaba en torno mío, un día
Me sorprendió la fértil primavera
Que en todo el ancho campo sonreía.

Brotaban verdes hojas
De las hinchadas yemas del ramaje,
Y flores amarillas, blancas, rojas,
Alegraban la mancha del paisaje.

Y era una lluvia de saetas de oro,
El sol sobre las frondas juveniles;
Del amplio río en el caudal sonoro
Se miraban los álamos gentiles.

Tras de tanto camino es la primera
Vez que miro brotar la primavera,
Dije, y después, declamatoriamente:


-¡Cuán tarde ya para la dicha mía!-
Y luego, al caminar, como quien siente
Alas de otra ilusión: -Y todavía
¡Yo alcanzaré mi juventud un día!

MIGUEL HERNÁNDEZ "Ante la vida, sereno"

MIGUEL HERNÁNDEZ

"Ante la vida, sereno"



Ante la vida, sereno
Y ante la muerte, mayor;
Si me matan, bueno:
Si vivo, mejor.

No soy la flor del centeno
Que tiembla al viento menor.
Si me matan bueno:
Si vivo, mejor.

Aquí estoy, vivo y moreno,
De mi estirpe defensor.
Si me matan, bueno:
Si vivo, mejor.

Ni al relámpago ni al trueno
Puedo tenerles temor.
Si me matan, bueno:
Si vivo, mejor.

Traidores me echan veneno
Y yo les echo valor.
Si me matan, bueno:
Si vivo, mejor.


El corazón traigo lleno
De un alegre resplandor.
Si me matan, bueno:
Si vivo, mejor.

MIGUEL HERNÁNDEZ "A mi gran Josefina adorada"

MIGUEL HERNÁNDEZ

"A mi gran Josefina adorada"



Tus cartas son un vino
Que me trastorna y son
El único alimento para mi corazón.

Desde que estoy ausente
No sé sino soñar,
Igual que el mar tu cuerpo,
Amargo igual que el mar.

Tus cartas apaciento
Metido en un rincón
Y por redil y hierba
Les doy mi corazón.


Aunque bajo la tierra
Mi amante cuerpo esté,
Escríbeme, paloma,
Que yo te escribiré.
Cuando me falte sangre
Con zumo de clavel,
Y encima de mis huesos
De amor cuando papel.

FEDERICO GARCÍA LORCA "El silencio redondo de la noche"

FEDERICO GARCÍA LORCA

"El silencio redondo de la noche"



El silencio redondo de la noche
Sobre el pentagrama
Del infinito.

Yo me salgo desnudo a la calle,
Maduro de versos
Perdidos.
Lo negro, acribillado
Por el canto del grillo,
Tiene ese fuego fatuo,
Muerto,
Del sonido.
Esa luz musical
Que percibe
El espíritu.

Los esqueletos de mil mariposas
Duermen en mi recinto.


Hay una juventud de brisas locas
Sobre el río.

FEDERICO GARCÍA LORCA El puñal entra en el corazón

FEDERICO GARCÍA LORCA

El puñal entra en el corazón



El puñal
Entra en el corazón,
Como la reja del arado
En el yermo.

No.

No me lo claves.

No.

El puñal,
Como un rayo de sol,
Incendia las terribles
Hondonadas.

No.

No me lo claves.


No.

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER Rima 15 (II). Saeta que voladora

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

Rima 15 (II)

Saeta que voladora



Saeta que voladora
Cruza, arrojada al azar,
Y que no se sabe dónde
Temblando se clavará;

Hoja que del árbol seca
Arrebata el vendaval,
Sin que nadie acierte el surco
Donde al polvo volverá;

Gigante ola que el viento
Riza y empuja en el mar,
Y rueda y pasa, y se ignora
Qué playa buscando va;

Luz que en cercos temblorosos
Brilla, próxima a expirar,
Y que no se sabe de ellos
Cuál el último será;

Eso soy yo, que al acaso
Cruzo el mundo sin pensar
De dónde vengo ni a dónde
Mis pasos me llevarán.